Ruego a Dios me siga dando voluntad para seguir enviando a mis lectores mis reflexiones en positivo y no me deje caer en negativas.
Sería muy triste para mí si llegara el momento de que se escasee algo que resalta y anime a mis lectores y mi espíritu de hacedor, que siempre me ha caracterizado por haber aprendido a sortear graves dificultades y sería muy satisfactorio que mis lectores con quienes comparto, les sirvan de estímulos y lo tomen como un mensaje de que no todo está perdido y que más temprano que tarde el país volverá a la reconciliación en una simbiosis, convencido que el país es de todos y no debe seguir jamás dividido entre buenos y malos. Si aquí todos hemos sido buenos y desde cuando así tan fácil se volvieron malos, no señores: Esto es pasajero y sin excepción todos vamos a luchar unidos por ver una Venezuela de primer mundo, solvente, económica, moral, espiritual, ética y prospera.
Por tales razones debemos buscar la unión, olvidarnos de buenos y malos, somos todos buenos, unidos, unidos repito, como una sola fuerza para fijar nuestra mente y creatividad en un desarrollo integral, conscientes de lo que estamos pasando.
Nuestro país se volvió un desastre que cualquier pesimista pensaría que ya no hay solución, yo pienso que sí, sin temor a equivocarme, si hay unión y todos arreamos la carreta a un mismo destino. No hay duda de una salida airosa, en paz, convivencia y amor patrio, que nuestro único problema sea el país y no nuestro bolsillo y cuentas bancarias o quítate tú para ponerme yo, olvidándonos de que hay tanta gente joven que no ve un camino cierto y porvenir que les depare esperanza y les dé una seguridad a su existencia, condenado al desencanto y desesperanza.
Quién me va a convencer a mí y los que apostamos por el bien del país y por todos los habitantes de esta rica tierra que unidos acabaríamos el desastre de la delincuencia, mal vividor, deshonesto y pícaros indolentes que todos saben dónde están.
Todas estas personas del mal proceder no dudo que puedan volver a tomar los buenos caminos de la paz, amor y convivencia al ver que la mayoría es ejemplo de virtud y no lo contrario. Quién puede contradecir si pudiésemos estar unidos como lo vamos a estar pronto, todos pensando en el bienestar sin exclusión. Sí podemos cambiar el desastre económico por abundancia, donde todos unidos sean beneficiados; quién podría estar en desacuerdo, si todos unidos atacamos la inseguridad que nos mantiene bajo una tensión y estado de nervios e insoportable.
Si nos unimos todos, sin excepción, podemos combatir el desastre de la salud. A quién no le gustaría un buen servicio de salud para él y todos los suyos. Dígame usted el desastre de la alimentación. Esto sí que es un verdadero desastre. Eso de pasar hambre es muy delicado y unidos sería la única forma de combatir esto tan doloroso, en un país tan rico como éste. Tristemente según la historia hace recordar el año de la langosta, plaga que arrasó con todo, quien se atrevería a decir que no, si se le convoca a unirse por apoyar y defender el desastre de los derechos humanos. Verdad que están todos de acuerdo conmigo que solo unidos y sin excepción podemos vencer este desastre.
Ahora más que nuca el campo es la solución, unidos todos por el éxito y el crecimiento de la familia ganadera (Fedenaga).