Después de su malestar, Hillary Clinton prometió dar nuevas informaciones sobre su salud y Donald Trump le siguió los pasos, un anuncio bienvenido de los candidatos a la Casa Blanca, hasta ahora muy discretos sobre este tema.
Tras el malestar de Clinton el domingo durante la conmemoración de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, su su médico reveló que el viernes había sido diagnosticada con neumonía.
El incidente advirtió a los estadounidenses que saben pocas cosas sobre la salud de sus candidatos, comprometidos en una campaña desenfrenada desde hace más de un año, y que están entre los de mayor edad en la pugna por el puesto más importante del mundo.
Después de su malestar, la demócrata, que cumplirá 69 años el 26 de octubre, ignoró las preguntas sobre el tema, contentándose con decir a la prensa que estaba bien y que el día en Nueva York era «maravilloso».
Unos días antes en Cleveland, tras tener un violento ataque de tos, bromeó diciendo que era alérgica a Donald Trump.
Su campaña afirmó que los nuevos detalles que darán a conocer mostrarán que Clinton no tiene más que neumonía.
El lunes, Clinton dijo por teléfono a la cadena CNN que había padecido un «mareo» y que había «perdido el equilibrio durante un minuto», pero que tras beber agua y entrar a un ambiente con aire acondicionado se sintió mejor.
La candidata demócrata minimizó su enfermedad y consideró que era mucho más transparente que su adversario republicano Donald Trump.
El único documento oficial con alguna precisión sobre su salud, una carta de ocho párrafos de su medica personal Lisa Bardack, es de julio de 2015. Allí se señala que Clinton está en una «excelente condición física».
La médica recordó que a fines de 2012, Clinton, en ese entonces secretaria de Estado, había padecido de un virus gástrico y deshidratación y después de una conmoción cerebral tras haberse desvanecido. Un coágulo de sangre fue luego detectado entre el cráneo y el cerebro, y tuvo visión doble durante algunas semanas.
Precisó además que Clinton sufría de alergias estacionales, de hipotiroidismo, y que había padecido de trombosis venosa en 1998 y 2009, por lo cual tomaba medicamentos contra el hipotiroidismo y anticoagulantes.
Una visita de control en 2013 «mostró una resolución completa de todos los efectos de la conmoción, y una disolución completa de la trombosis», añadió la doctora.
A los 70 años, el republicano Donald Trump, que se convertiría en el presidente de mayor edad si resultara electo, ha publicado hasta el momento sólo cuatro escuetos párrafos, redactados de prisa por su médico Harold Bornstein en diciembre de 2015.