Es un tema delicado y reiterado al tratarse de una población que tiene sus propias leyes y resulta complicado cada vez que se intenta tratar con los mismos; a pesar de que en dos años se han realizado al menos 7 traslados para el estado Zulia, lugar propio de los Yukpa, estos vuelven a la ciudad de manera casi que inmediata.
La última movilización se hizo en el mes de abril, cuando la viceministra para el Buen Vivir de los Pueblos Indígenas visitó la Av. Las Industrias, para dialogar con las más de 20 familias que habitaban en el lugar; en ese momento se logró el traslado, pero no pasó mucho tiempo para que estos retomaran la zona.
Humberto Agudo, director de Servicios Comunitarios de la alcaldía de Iribarren, explicó que la presencia de los Yukpa en las calles de la ciudad es un problema que afecta desde distintos puntos de vista, asimismo coincidió con distintas opiniones que señalan que el hecho de que los indígenas se trasladen a la urbe se debe además al hecho de que existen mafias que se benefician de este tipo de acciones.
“Vemos que más que todo son mujeres y niños los que salen a pedir dinero, pero no es solo este negocio, detrás de esto hay temas más complicados como la prostitución por ejemplo”, dijo Agudo.
Cuando la viceministra Yamileth Mirabal visitó la ciudad en el mes de abril aseguró que el traslado de estos sería definitivo debido a que desde el ministerio se había realizado convenios para impulsar la labor indígena desde sus distintos ámbitos, promocionando sus artesanías las cuales serían comprados para ofrecerlos a nivel nacional que así fueran parte de las características culturales de nuestro país, ayudando además al turismo.
No solo se trataba de esto, eran diversas las promesas realizadas y que aparentemente no han dado frutos, pues cada día los barquisimetanos se topan con indígenas en diferentes puntos de la ciudad.
Agudo señaló que lamentablemente no es algo que competa al municipio como tal, “se deben hacer políticas nacionales, es falso que con algo municipal se resolverá esto”, indicó a la vez que aseguró que ciertamente se han hecho programas pero que estos son eventuales y que depende del Gobierno nacional brindar lo necesario para que este problema no siga sucediendo.
“Se creó un ministerio y todo para ellos y aún así siguen viniendo a las ciudades que ni siquiera forman parte de los límites de las zonas en las que habitan. De nada vale decir pobrecitos los indígenas y recordar la llegada de Cristóbal Colón a quien siguen señalando como culpable y seguir sin hacer nada”, aseveró el encargado de los Servicios Comunitarios.
Para este, el Ejecutivo no ha brindado las herramientas necesarias para generar trabajo a los indígenas dentro de sus entidades, asimismo no se conoce que se encarguen de educar o dar vivienda a estos.
Un grave problema que se genera por esto es también la desnutrición que sufren especialmente los niños indígenas. Es evidente en sus pequeños cuerpos que la alimentación que reciben está lejos de ser la indicada y que es necesario que se tomen medidas contundentes de manera inmediata.
Denuncias de vecinos
El problema se ha vuelto algo colectivo, pues incluso los transeúntes de la zona han realizado diversas denuncias al respecto, especialmente a través de las redes sociales. El temor de que crezca cada vez más la “aldea” se ha reflejado en los textos que critican la permanencia de los indígenas en el lugar.
Igualmente, existe un gran riesgo debido a que la mayoría de los niños que están en la calle permanecen pidiendo dinero y en muchos casos se atraviesan a los vehículos cuando están llegando a los semáforos, pudiendo generar una tragedia.