Los informantes que el gobierno estadounidense usó para investigar a los sobrinos de la primera dama venezolana consumían y traficaban drogas y contrataban a prostitutas mientras eran pagados miles de dólares por la DEA, dijeron el jueves los abogados de los sobrinos, quienes están acusados de asociación delictiva para traficar cocaína a Estados Unidos.
Durante una audiencia de seis horas en la corte federal de Manhattan, los abogados de los sobrinos Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas describieron a los dos informantes como «borrachos», «mentirosos» y poco confiables. Ambos informantes, a los que no se identificó por su nombre, se encuentran presos tras haber confesado que traficaron drogas durante años.
Sandalio González, un agente de la Administración para el Control de Drogas que testificó en la audiencia, admitió que al menos uno de los informantes era poco confiable.
Durante su largo testimonio, González dio una imagen del gobierno venezolano como protector o cómplice del tráfico de drogas. El agente dijo que los sobrinos de la primera dama Cilia Flores eran traficantes de drogas de alto rango que decían que aviones llenos de drogas podrían usar la rampa presidencial en el aeropuerto de Caracas.
Campo y Flores se han declarado inocentes ante cargos de asociación delictiva para importar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos. Los venezolanos, de 29 y 30 años, respectivamente, se encuentran detenidos en Nueva York desde noviembre.