Alí Rafael García, mejor conocido como El Arlequín, falleció ayer en Barquisimeto, por complicaciones de salud, a los 67 años de edad.
Por más de 25 años, García, quien conjugaba las artes del teatro de calle, la plástica, la música, la danza y la literatura, convirtió el Parque Ayacucho de Barquisiemto en un espacio para un encuentro dominical donde los niños disfrutaban de los sueños, la sonrisa y la creatividad.
Con pinturas y pinceles entrelazados con sus dedos, se muestró como un artista multifacético en el transcurso de su vida, teniendo como complemento la pintura, donde deja brillar en sus obras artísticas sentimientos como el amor hacia a la vida, a la alegría que nos permite suspirar, y la soledad que nos hace tanto anhelar…
Desde sus comienzos Alí Rafael García, se ha visto influenciado por la literatura. Su primer libro fue dedicado a su padre, dando la oportunidad de despertar recuerdos y sentimientos que se pueden percibir a la hora de leerlos. Luego la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre, dio vida a un folleto de su autoría llamado Relatos de Ali García en 1985, luego un libro de cuentos titulado Pequeños incidentes, fue publicado por la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado.
Luego llegó una novela llamada Robinson Essay por la editorial Río Cenizo, editada por la Alcaldía de Iribarren en 1998. Y cuando menos sus ansias lo esperaban, sale un libro de poemas llamado Entre dos esquinas, de la editorial cerbero, publicada en el 2003, y su última novela nombrada Al otro lado del día, editada por El perro y la rama en el 2011.
El Arlequín es un representante fundamental para la transformación de la juventud mediante la educación e implementación de valores, gracias a los estudios adquiridos en la universidad Simón Rodríguez, siendo reconocido por el estado a través de honorables condecoraciones por su trabajo y constancia que han sido desempeñados por medio del tiempo, como lo son: la Ciudad de Barquisimeto en primera y segunda clase, la orden del general Jacinto Lara en tercera clase, el botón Juan Guillermo Iribarren y premios por el desempeño al arte de palabras escritas como lo es la literatura y a la destreza de presentar historias a una audiencia, tal es el caso del teatro.
A pesar de ser un hombre con un corazón de niño, Ali Rafael García de 67 años de edad, creció apasionado por pequeños saltos arriesgados, pinturas que reflejaban hermosos atardeceres, con una paleta reducida de colores y sencillas palabras que narraban grandes historias de amor.