El fin de semana la noticia dio la vuelta al mundo: El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, designó a un grupo de generales y oficiales de alto rango de la Marina en cargos relacionados con la distribución de papel higiénico, toallas sanitarias y pañales desechables; detergentes, jabón de baño, champú, crema dental y desodorante; arroz, aceite, azúcar y otros rubros.
Para el coronel (r) y abogado José Rangel Terán, excomandante de la Policía del estado Lara, y quien ocupó otros cargos y responsabilidades, además de ser un analista militar, es una vergüenza para la institución militar que generales y vicealmirantes estén hoy día ocupando unos cargos que nada tienen que ver con su formación castrense.
El Presidente de la República está utilizando a nuestros generales en un rol que no les corresponde, dijo. Este gobierno irresponsable quiere trasladar a la Fuerza Armada Nacional unas funciones que en lugar de enaltercerlos, los somete a la burla y al desprecio.
Si el ministro Padrino López fuese institucionalista jamás hubiese aceptado la designación de corresponsable de la Misión alimentación soberana y segura. Con ella está arrastrando a toda la Fuerza Armada a enterrarse junto con Nicolás Maduro, persona que ya no tiene apoyo popular, ni goza de credibilidad en la sociedad venezolana y en el ámbito internacional.
Jamás en la historia se había visto que los generales fuesen designados para ocuparse de la distribución de alimentos, artículos de limpieza y de medicamentos.
Eso no se le ha ocurrido a ningún mandatario en el mundo, expuso. Y lo más increíble, es que haya oficiales que acepten esos nombramientos.
Claro que en tragedias, en casos extremos de sucesos naturales, ha habido necesidad de que las tropas hayan sido utilizadas para realizar operaciones de ayuda a la población, tal como ocurrió en Haití cuando ese país fue azotado por las fuerzas de la naturaleza. Incluso, se enviaron a esa isla fuerzas de las Naciones Unidas, los llamados cascos azules.
Si en Venezuela hubiese ocurrido una calamidad causada por la naturaleza y se requiriera el concurso de los militares de alto rango para atender problemas, quizá se habría justificado. Pero, esta crisis no es de índole militar, sino política causada por la implantación de un modelo fracasado.
Circula el comentario de que son demasiados los generales que tiene el país; pero, las tareas asignadas no son para ese tipo de oficiales. Indudablemente, que eso es un irrespeto a un general.
Siempre hay personas que por dinero acepta cualquier cosa. Sin embargo, esto es un vejamen a un militar más que un cargo.