¡Toma la iniciativa!

De nada nos sirve creer que el otro es el único culpable de la mala comunicación.
Nosotros no podemos cambiar la mala actitud de nuestro interlocutor, si nuestra interacción. Por lo tanto, debemos mejorar nuestra a través de nuevas estrategias, pero ¿cómo hacerlo?
Para este fin debemos ser sensibles y receptivos a nuestro interlocutor, para este fin en el momento de comunicarnos debemos darnos cuenta si reacciona favorablemente y si no es así probar otra alternativa.
Es necesario estar atento a los gestos, movimientos, mirada y a lo que dice verbalmente. Si paulatinamente vemos que adopta una postura relajada y que se siente cómodo, hemos conseguido el propósito.
En los casos en que la comunicación con la otra persona se hace difícil, de nada sirve decir; «intento razonar con ella, pero es imposible», «no se puede hablar nunca con él, siempre está en las nubes» o «es demasiado susceptible, no se le puede decir nada».
Recordemos que utilizar las palabras como «imposible» o «nunca» no llevan en ningún caso a la superación, sino a la resignación; echemos adelante, procuremos hablar incluso con aquellas personas que en un principio parecen poco comunicativas o poco amigables.
Seguramente en más de una ocasión, si sabemos utilizar la estrategia comunicativa adecuada, nos llevaremos una agradable sorpresa y descubriremos que a veces es verdad que las apariencias engañan.