La agonía de los venezolanos que deben recorrer diversos centros de salud para ser atendidos o un gran número de farmacias para lograr adquirir algún medicamento cada vez se va agudizando más, muestra de esto es el hecho de que ahora ni siquiera se tenga seguridad en cuanto a la disponibilidad de los anestésicos.
Una gran duda existe en los directivos de los centros médicos quienes desconocen la modalidad de distribución que se está realizando desde el Ministerio del Poder Popular para la Salud al importar dicho insumo. Marcial Daza, director del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, señaló que se trata de un problema a nivel nacional.
“Es ilógico que las personas puedan conseguirlo ‘bachaqueado’ y nosotros no lo hagamos”, expuso la situación que se torna sumamente irregular debido a que la repartición de los anestésicos debería ser desde el nivel central (ministerio) hasta las instituciones de salud, como el hospital central, pues ni siquiera las farmacias o algún otro centro de distribución de insumos médicos suele contar con tal producto.
Tan reiterativa ha sido tal circunstancia que en el mes han sido detenidos cerca de 30 personas por revender medicamentos en las adyacencias del centro clínico; pero la interrogante de Daza sigue estando abierta: ¿cuál es el criterio de distribución de tan importante insumo?
Esto ha mantenido desde hace aproximadamente tres meses al Hospital Central, dependiente de las pocas dotaciones que se puedan conseguir desde Fundasalud y por donaciones de ambulatorios que no tienen tanta actividad quirúrgica como en el Antonio María Pineda.
Irónico resulta el hecho de que se tengan recursos para adquirir anestesia pero no se tenga dónde conseguirla. “¡Hay dinero pero no hay dónde comprar!”, aseveró Daza.
Al menos siete anestésicos deben ser usados en una operación, de los cuales el hospital más importante de la región centroccidental está fallo de tres de estos. Fentonilo, esmeron y neostigmina son los que se mantienen fuera del alcance de los especialistas.
La razón de su desaparición hace caso a la deuda multimillonaria que mantiene el Ejecutivo Nacional con diferentes proveedores de la salud, debiendo 6 mil millones de dólares, de los que aparentemente se han olvidado de pagar, manteniendo a los venezolanos en una constante incertidumbre sobre si será posible conseguir lo necesario para sobrevivir.
Diversas han sido las noticias que reseñan los distintos medios a nivel nacional haciendo referencia a dicha problemática, que a pesar de incrementarse a medida de que transcurre el tiempo parece no tener respuesta alguna.
Sin producción
En Venezuela actualmente son poco o nada las empresas que se encargan de producir medicamentos, en este caso, anestesia, lo que por supuesto deja dependiente al país en su totalidad de lo que pueda llegar desde el exterior.
“Se necesita una solución inmediata, no podemos proponer que se cree una empresa farmacéutica porque es algo que amerita tiempo y que significaría dejar sin respuestas a los pacientes que hoy lo necesitan”, explicó José Guarecuco, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes (Somir) Lara.
Reiterativo ha sido el llamado a la apertura de un canal humanitario que permita el ingreso de toneladas de medicinas que se encuentran esperando para poder entrar al país, entre estas, anestesia. Para el médico residente, esta sería la pronta solución que se le daría a los más afectados: el pueblo en general, quienes prácticamente deben peregrinar por distintos entes para intentar conseguir el anestésico.
“Badan Lara y Locatel son algunos de los lugares en que se puede conseguir tal insumo pero tienen cantidades muy limitadas, lo que hace que las personas vayan a la calle en búsqueda de la anestesia. Una ampolla de esmeron puede costar entre 2mil y 3mil bolívares pero los revendedores la ofrecen en 20mil o 30 mil bolívares”, dijo Guarecuco.
Los demás centros de salud con menor afluencia de pacientes ha sido lo que los ha mantenido. El médico explicó que aquellas emergencias que requieren de atención inmediata se tratan con los anestésicos que se puedan tener, pero hay otras que no ameritan de intervención al momento para las cuales solicitan al familiar que busque la anestesia.
Informe médico y récipe son dados al cuidador para que acuda a algún ambulatorio u hospital a hacer petición de lo solicitado.
Por su parte, Fundasalud, dependiente de la gobernación del estado Lara, ha sido otra gran ayuda. “Ahora cada vez que necesitamos algo acudimos es ellos”, explicó haciendo alusión al hecho de que el ministerio ha dejado de cumplir con la responsabilidad de mantener los hospitales dotados.
No solo los centros públicos se han visto perjudicados por la escasez de este importante insumo, pues las clínicas también han reducido considerablemente las cantidades de intervenciones quirúrgicas a realizar. “Quizás en estas no se note tanto por el hecho de que ellos pueden programar las cirugías, pero también dependen del ministerio en cierta parte”, aseguró el presidente de Somir.
Pérdidas humanas
El 2 de agosto una joven de 18 años falleció luego de haber esperado por 5 días para ser operada luego de haber recibido una puñalada por resistirse a un robo.
Yamileth Martínez era el nombre de la hoy occisa, quien se mantuvo esperando la aparición de la anestesia, tiempo en el que se contaminó.
Los familiares indicaron que en Badan el costo de la misma era de 40 mil bolívares, mientras que “bachaqueada” la ofrecieron en 100 mil bolívares.
La crisis que se tiene con este importante producto va dejando fallecidos ante su paso, mientras que hay quienes se aprovechan de la situación para lucrarse.
Han sido varios los comentarios que se escuchan a las afueras del Hospital Central, de las familias que han llorado la pérdida de un ser querido porque no se tiene el insumo y tampoco el dinero para poder comprar el mismo a un precio exorbitante como lo han venido haciendo.
Incluso, en el mismo centro de salud se han llegado a observar revendedores de los materiales que adentro son de extrema necesidad.
Anestesia y derivados
Los anestesiólogos y las máquinas de anestesia también forman parte del problema que se tiene en este ámbito. Hasta 40 llegaría a ser la cantidad necesaria de anestesiólogos para dar abasto en el Hospital Central el cual tiene la disposición de contratar al menos a 20 profesionales. “La cantidad de especialistas ha disminuido porque muchos se van para el exterior”, expuso el director del centro de salud, Marcial Daza, quien aprovechó para hacer un llamado a los médicos que estén dispuestos a laborar en beneficio de los ciudadanos.
Las máquinas de anestesia son otro punto relevante en el tema de las deficiencias, pues la escasez de repuestos y los altos costos han dejado con un déficit al hospital central de 7 máquinas que esperan ser reparadas o reemplazadas por algunas nuevas, sin embargo, el Ministerio de Salud sigue sin dar respuesta a tal necesidad que deja incluso a algunos quirófanos inoperantes o genera que los equipos sean movilizados de una sala a otra.