Satélites, estrellas, células y dinosaurios son los protagonistas de un extraordinario lugar donde está permitido imaginar, preguntar y descubrir. El sitio es un Museo donde la ciencia cobra vida de una forma distinta e interactiva, mientras grandes y chicos conocen de astronomía, biología, naturaleza, paleontología y más. ¿Está preparado para vivir una experiencia distinta? en el Mirador de la Ciencia ¡Comienza la diversión!
Fundado en el 2001 por iniciativa de varias instituciones del estado Lara y ubicado en el Parque Zoológico y Botánico Bararida, el Museo Mirador de la Ciencia “Don Mariano Kossowski” es un lugar concebido para el esparcimiento, con el propósito de enseñar de una manera distinta, sobre las grandes maravillas de la Tierra y del universo.
Bajo principios científicos, astronómicos y ambientales, los visitantes son partícipes de una experiencia única y enriquecedora, en la que en un recorrido de aproximadamente 20 minutos, aprenden con fotografías, videos, películas, telescopios, animales disecados, muestras microscópicas y el contacto directo con la realidad. Todo ello en un ambiente agradable, que deja por sentado la inventiva y el asombro.
Gilbert Sánchez, apasionado en el área y coordinador del lugar, comenta que el Mirador se ha convertido en un sitio de referencia para muchos recibiendo incluso visitas de otras ciudades del país, interesadas en conocer lo que guarda el pequeño edificio de la ciencia donde a juicio de muchos niños “ocurren cosas fantásticas”.
Aunado a ello, el también investigador y docente, comenta que las nuevas tecnologías se han convertido en un gran aliado del saber, pues todo lo que se enseña en este sitio, puede ser reforzado de manera inmediata con la consulta que proporcionan los diversos equipos a los cuales recurren habitualmente las nuevas generaciones, ávidas de nuevos conocimientos así como de respuestas a diversas interrogantes.
Espacios interactivos
Con el ideal de convertirse en un centro interactivo, el Mirador cuenta con diversas salas en constante proceso de innovación, sin embargo, actualmente reúnen interesantes propuestas que vale la pena presentárselas. Una de ellas es la referente a la paleofauna, donde se consiguen más de 30 figuras exactas de animales ancestrales, siendo el Laquintasaura venezuelae y el Trachiraptor admirabilis, dos de los dinosaurios más llamativos de la muestra, pobladores hace millones de años del territorio venezolano.
Por otro lado, en la sala de taxidermia, se encuentran muestras biológicas disecadas como partes óseas y cornamentas también de diversos animales pero mucho más evolucionados (consiguiendo incluso cabezas, huesos y pieles de animales que vivieron por mucho tiempo en el Zoológico); y en el aula de mundo marino, se agrupan gran cantidad de conchas, corales y la quijada inferior de un ballenato, de más o menos, dos metros y medio.
Por supuesto, los cuerpos celestes tienen un particular protagonismo, y en el planetario comodón instalado dentro del sitio, se observan estrellas y se aprende sobre constelaciones estelares y su relación con historias mitológicas. Aunado a todo lo expuesto, se suma la posibilidad de pernoctar en el Museo para aprender a utilizar equipos ópticos, conocer sobre camping y visitar también los ambientes del Parque Bararida y así conocer la conducta nocturna de los animales.
El fin último es la educación alejada de lo convencional, donde los más pequeños de la casa puedan conocer para replicar experiencias, comprendiendo los principios básicos de las ciencias y su relación con los diversos fenómenos que ocurren en este mundo, que en definitiva, es mágico y asombroso.
“Nos abocamos en el despertar del conocimiento temprano de los niños y jóvenes. La idea es estimularlos para que experimenten en el maravilloso mundo del saber vinculado con la ciencia”
Información: @Cosmocamp1