La crisis económica, social y política golpea la oferta cultural y de espectáculos de la ciudad.
La agenda de eventos se reduce, así como los espacios de recreación y entretenimiento producto de la inseguridad y elevados costos de producción.
Desde hace tres años aproximadamente, varios salones de pintura se convirtieron en bienales, entre estos el Héctor Rojas Meza del Ateneo de Cabudare, con más de 20 ediciones y uno de los más importantes de la región centroccidental.
Incluso, uno de los eventos más representativos de la plástica nacional como la Feria Iberoamericana de Arte de Caracas (FIA), con 24 ediciones ininterrumpidas, no se realizó en 2015, tampoco se efectuará en 2016. Los organizadores confirmaron a través de un comunicado sólo la realización del Salón Jóvenes con FIA, así como de los programas FIA Todoterreno.
También, desde 2014, la Fundación Juan Carmona de EL IMPULSO no organiza su acostumbrada agenda de exposiciones, como resultado de la situación país.
Por su parte, la Fundación Macario Yépez no pudo entregar este año los reconocimientos por el Día de la Juventud y tampoco los galardones con motivo del Día del Periodista, distinciones que con esfuerzo entregó la institución por varios años.
En junio, el espacio Música Oculta hizo un esfuerzo para concretar el V Ciclo de Jazz.
Asimismo, en el mes de julio, la Unión de Narradores Orales y Escénicos de Venezuela (UNOES), organizó, tras veinte años de trayectoria, un festival con artistas nacionales y locales en su mayoría.
En la XXIII edición no hubo representación internacional producto de la crisis y los costos que implican pasajes, traslados, hospedajes, alimentos y honorarios.
“La crisis que padece el país afectó el desarrollo del festival. Los gastos han sido elevados, por lo tanto hemos tenido que limitarnos en cuanto a las actividades programadas. Los horarios también fueron modificados para resguardar las pertenencias y la vida de los asistentes debido al alto índice de inseguridad que se presenta en Venezuela. En el pasado, la organización recibía hasta 26 invitados internacionales”, dijo a EL IMPULSO Mau de Ceballos.
No habrá Festival de Jazz
Sorprendió a muchos el comunicado de la Fundación Internacional de Jazz el pasado 5 de agosto, cuando la sociedad conoció que este año no se efectuará la cita tradicional con el género musical, la cual arribaría a la edición número once.
“Dada la situación socio económica por la que está atravesando nuestro país, nos hemos visto en la obligación de suspender la 11ª edición del Festival Internacional de Jazz Barquisimeto 2016 la cual estaba prevista para ser realizada del 8 al 11 de septiembre del presente año.
Nuestro trabajo a lo largo de esta década se ha caracterizado por la calidad, el gran nivel de organización en las actividades desplegadas y la participación de destacadas figuras del jazz mundial así como de reconocidos artistas venezolanos.
Esto nos ha permitido tener una presencia importante, no sólo a nivel nacional sino Internacional por lo que es nuestro compromiso y responsabilidad no colocar en riesgo los logros alcanzados hasta la fecha.
Pondremos todo nuestro empeño para hacer posible la realización 11ª edición el Festival Internacional de Jazz en Barquisimeto el año entrante. Agradecemos infinitamente el respaldo que siempre nos han brindado”, reza la misiva.
Vale desatacar que el festival procuró durante diez años la formación de estudiantes a través de becas nacionales e internacionales. Al menos 200 jóvenes venezolanos tuvieron oportunidad de formarse mediante estas becas.
Solo el año pasado se otorgaron 53 becas, auspiciadas por el Seminario Internacional de Jazz de Alhurín de la Torre de España (6), Escuela de Música Contemporánea de Buenos Aires (3), Taller de Jazz Caracas (12), Escuela Itinerante de Música de Venezuela (12) y Facultad de Arte de la ULA (20).
Lamentablemente, se cierra esta ventana para los estudiosos del jazz.
Tintorero y su feria
Por otro lado, este año, a propósito de la XXV Feria de Tintorero, que también reunía a un importante número de artesanos internacionales, se vio afectada. La mayoría de los creadores que participaron pertenecen a la región y a otras ciudades.
Se apreció igualmente un elevado precio de las artesanías. Las hamacas, por ejemplo, pasaron de Bs. 7.000 a Bs. 50.000. Esto debido al costo de la materia prima, la cual es importada.
En la zona numerosos talleres han cerrado. Hoy en día, la crisis económica también impacta esta iniciativa que se esfuerza en permanecer en el tiempo luego de 25 años de labor ininterrumpida.
Costos elevados
“La crisis nos afecta de muchas maneras, pero todo radica en lo variable y elevados costos de una producción, ya sea musical o de teatro, por lo cual los eventos merman. Por esa razón principalmente ha bajado el número de alternativas a las cuales se tenía acostumbrado al público en la ciudad. Algunas aún se mantienen, pero batallan para estar disponibles. A modo de resumen es muy costosa la inversión en material promocional ya sea en medios exteriores, prensa escrita, radial y televisiva. El alto costo por alquiler de los espacios , más los equipos de sonido, instrumentos e iluminación, boletería, permisos e impuestos, pasajes aéreos y terrestres, refrigerios, comidas e hidratación del equipo artístico y de trabajo, los honorarios del talento a presentarse. Todo esto arroja el costo de la entrada y a su vez, el público tiene que evaluar la falta de transporte o lo costoso que se hace en horarios nocturnos para algunas zonas de Barquisimeto, sin dejar por fuera, la inseguridad, lo que más priva al espectador”, comentó Omar Aguirre de Música Oculta.
Seguir de pie
“Ante la crisis económica y social que afecta a los venezolanos, el montaje de obras de teatro, conciertos y cualquier actividad cultural en Barquisimeto se ha vuelto mas difícil de lo que ya era. Los costos de producción se han triplicado producto de la inflación galopante. Haciendo que muchos grupos locales hayan desistido de realizar nuevos proyectos. El poder adquisitivo del publico ha mermado. Mucha gente no apoya las propuestas de teatro o bandas locales y los que sí pueden pagar boletos le apuestan a los eventos que vienen de Caracas, propuestas que poco a poco han dejado de ser muestras de buen teatro, a monólogos simples en busca de la risa fácil, que apenas se sostienen con el cartel de artistas famosos de la televisión sin apoyo escenográfico ni un texto dramático serio ni genuinamente teatral. Con algunas excepciones claro, como es el caso del señor Hector Manrique quien no ha caído en el facilismo y por el contrario cada vez nos regala montajes que nos reconcilian con el teatro. Actualmente están mostrando en Caracas “Terror” del alemán Ferdinand von Schirach. A pesar de todo, creemos en tratar en lo posible, de continuar con nuestro trabajo artístico a pesar de todo. Seguir de pie como los músicos del Titanic”, así se expresó Ramone Díaz, director de Teatro Andante.
Festival Nacional de Cine
“Sí obviamente la crisis está afectando la oferta cultural. Es más difícil conseguir patrocinantes.
Aunque el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) ayuda, los costos son elevadísimos. Sin embargo, si dejo de hacer el Festival de Cortometrajes de Barquisimeto, con una década de vida, contribuiría a la desesperanza y yo tengo un compromiso con mi estado y mi país.
De hecho lo transformé y ahora es Festival Nacional de Cine. Lo haré más austero, inclinado más a lo académico y de divulgación de las obras y aminoraré la apertura. Todo va dependiendo también de cómo las cosas se van desarrollando. Quiero ser muy responsable. Pero sigo con las ganas y con la esperanza de que solo afianzando la cultura plena, amplia y diversa saldremos adelante”, expresó Isabel Caroto, directora del Centro de Estudios Integrales de Comunicación Visual (Cieca) y del Festival de Cortometrajes de Barquisimeto.