Hace dos meses, había terminado los estudios de bachillerato un adolescente asesinado este sábado. Su grupo de amigos era amplio, pero solo tres de ellos lo acompañaban la madrugada de ayer, cuando recibió un disparo de escopeta en la cabeza, mientras conducía su vehículo, un Chery Orinoco gris, por la calle 12 del barrio La Feria, en el centro de Barquisimeto.
Minutos después de las 02 de la madrugada, los vecinos de ese tramo escucharon detonaciones. Al parecer, dos hombres se interpusieron en el camino de los jóvenes en la esquina de la 12 con carrera 14, presuntamente, con intenciones de robarles el vehículo. Pero le dispararon al jovencito de 17 años, quien manejaba el carro que su papá le había regalado hace poco tiempo.
El proyectil fue fulminante. Perdió el control del vehículo y alguien más, posiblemente, uno de los pasajeros intentó retomar la ruta, pero no pudo, porque desconocía cómo conducir uno sincrónico, según observaron algunos habitantes de la zona, quienes concordaron en la impericia de quien intentó mover el carro porque se escuchaba el sonido propio del motor y la caja cuando el conductor no sabe cómo cambiar las velocidades.
Por eso, en lugar de salir del lugar bajaron por la 12, rozaron a un Chevrolet Malibú estacionado al borde de la acera y, finalmente, detuvieron la marcha al chocar contra un Fiesta azul oscuro aparcado al fondo del tramo, a pocos metros de una quebrada.
Tras la colisión, que onduló la parte delantera del Orinoco gris, los tres amigos del adolescente, dos hombres y una mujer, dejaron al chofer ya muerto sobre el asiento, se bajaron y se sentaron a esperar la llegada de los padres del menor. Estos tardaron poco en llegar y estuvieron en el sitio hasta las primeras luces del día, cuando la comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegó para examinar la escena y trasladar el cuerpo hasta la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda.
A pesar de haber presenciado el crimen, de acuerdo a la observación de los residentes del barrio La Feria, los acompañantes del recién graduado bachiller se limitaron a abandonar sus asientos sin expresar sentimientos de sufrimiento.
Hasta la mañana de ayer, los parientes parecían desconocer la identidad de los acompañantes al momento del homicidio.
Solo dos muchachas que llegaron a la morgue, después del ingreso del cadáver, afirmaron conocerlos. Aparentemente, habían intercambiado mensajes de texto con ellos hasta aproximadamente las 02 de la madrugada. Una de ellas comentó haber compartido con el occiso hasta las 08 de la noche, cuando la dejó en su casa.
Tranquilo
Al jovencito sus allegados lo describieron como uno “tranquilo” y sociable. Estudió hasta cuarto año en el Colegio Las Colinas y cursó el último año de bachillerato en otra institución.
Extraoficialmente, se conoció que vivía junto a sus padres y su único hermano en la urbanización La Mora de Cabudare.