Se cumplen dos años este domingo de la muerte de uno de los artistas más emblemáticos del rock argentino y la escena latinoamericana. El 4 de septiembre de 2014 se apagaba la vida de Gustavo Cerati, a los 55 años, tras sufrir un paro respiratorio en la clínica Alcla de la ciudad de Buenos Aires.
Cerati había permanecido en coma por más de cuatro años, desde que sufriera un accidente cerebro vascular isquémico en mayo de 2010 en Caracas.
El músico fue uno de los más influyentes artistas del continente a partir de traer nuevos modos sonoros al frente del grupo Soda Stereo, desde comienzos de la década del ’80 y luego en su carrera solista.
Entre 1982 y 1997 y en compañía del bajista Zeta Bosio y el baterista Charly Alberti, Cerati conformó uno de los tríos más destacados de la historia del rock no solo argentino si no de Latinoamerica.
Separado del trío, desarrolló luego una ascendente carrera solista que tuvo su fin la noche del 15 de mayo de 2010 en la ciudad de Caracas, cuando luego de un show en el que estaba presentando su álbum solista «Fuerza Natural» sufrió una isquemia cerebral, transformada en un ACV, del que nunca se recuperaría.
Desde esa fecha y hasta su deceso, Cerati permaneció en coma, con inexistente contacto con el mundo exterior salvo algunos mínimos gestos, contactado a un respirador artificial y rodeado por el afecto de su madre Lilian Clark, su hermana Laura y sus hijos Benito y Lisa.
A los que se sumaban a veces músicos y amigos, entre los más cercanos Leo García, Leandro Fresco y Richard Coleman.