Un golden retriever llamado Romeo es el último superviviente del sismo del 24 de agosto en Italia, milagrosamente rescatado tras pasar más de nueve días bajo los escombros de la casa en la que habitaban sus dueños.
Protegido por una viga de metal que sostenía los cascotes de la casa derruida, el canino no había sufrido ningún daño. Aparentemente tranquilo y despreocupado, Romeo bebió sus primeras gotas de agua en 230 horas de la botella sostenida por uno de los bomberos que lo salvaron.
En contraste con sus llorosos e incrédulos propietarios, el canino descendió de la montaña de escombros con despreocupación, olfateó a su alrededor para hacer un reconocimiento y miró a los presentes como si simplemente acabara de despertar de una siesta rápida.
En el momento del temblor, ocurrido de madrugada el 24 de agosto, los dueños de la casa ubicada en la pequeña aldea medieval de San Lorenzo a Flaviano, cerca de Amatrice, dormían en el segundo piso y lograron salir, pero Romeo, que estaba en la primera planta, quedó atrapado entre los escombros. Tras pasar horas buscándolo aceptaron ser evacuados del lugar, devastado por el terremoto.
Sin ninguna esperanza de encontrarlo vivo, la pareja regresó el viernes por la noche acompañada de los bomberos para tratar de recuperar algunas pertenencias de entre las ruinas de la casa. Acababa de llegar cuando el perro, al escuchar sus voces, se puso a ladrar.
Los bomberos empezaron a retirar escombros y sacaron a la mascota, que no parecía particularmente traumatizada por la experiencia.
Leo en audiencia con el papa
Desde la noche del día del terremoto, ningún superviviente humano ha sido encontrado. La última fue la pequeña Giorgia, de cuatro años, salvada por otro héroe canino, Leo.
El labrador, que trabaja con la policía como perro rastreador, fue «premiado» con una audiencia con el papa el sábado, dos días después de convertirse en el invitado de honor en la cumbre entre el primer ministro italiano Matteo Renzi y la canciller alemana Angela Merkel.
El balance del peor terremoto ocurrido en Italia desde el desastre de L’Aquila en 2009 se sitúa en 294 muertos tras el descubrimiento de un cuerpo en Casale, pequeño pueblo cerca de Amatrice, donde se produjeron tres cuartas partes de las muertes.
Es posible que la cifra final alcance las 300 víctimas mortales, entre quienes aún no han sido contados y el estado crítico de algunos de los heridos hospitalizados.
El sábado, las operaciones de desescombro avanzaron significativamente, con la reapertura de un puente vial en la principal carretera que conduce a Amatrice.
Mientras, cientos de personas que se quedaron sin casa siguen durmiendo en tiendas de campaña. El encargado de la reconstrucción asignado por el gobierno prometió el sábado que la gente tendría sus viviendas reconstruidas «en siete meses».
Los ganaderos de la organización Coldiretti señalaron que la leche de las vacas supervivientes se está empleando para hacer queso «caciotta». Los primeros quesos fueron vendidos en un mercado en Roma este sábado para recolectar fondos para ayudar a los granjeros de la zona afectada por el terremoto.