Servir, aunque sufran los pulmones. Actuar, aunque el fuego pueda ser más fuerte que las herramientas para extinguirlo. Así laboran en la mayoría de los casos los efectivos del cuerpo de bomberos del municipio Iribarren, un equipo conformado por más de 300 hombres encomendados a atender las emergencias como el incendio ocurrido, ayer en la mañana, en la torre dos del Centro Residencial del Este.
Una comisión de 18 bomberos se dispuso a controlar las llamas que quemaron los enseres guardados dentro de una de las tres habitaciones del apartamento cuatro del quinto piso.
Por fortuna, dentro no había personas. Las tres mujeres habitantes de la residencia estaban fuera cuando se levantó la llamarada. Solo había un perro que no sufrió daños porque fue rescatado cuando los bomberos derribaron la puerta.
La humareda densa y esparcida en todo el espacio, en la escalera y el pasillo fue el primer reto asumido por el equipo al momento de actuar. No poseen equipo de auto contenido o de respiración. Irremediablemente había que aspirar el humo.
Los chaquetones, diseñados para proteger el cuerpo de las llamas, tienen rasgaduras, tan amplias que es posible ver el material interno con el cual está confeccionado el implemento de seguridad. Similar aspecto tienen los pantalones y las botas por el desgaste de haber sido usadas por unos seis años continuos sin ser reemplazadas y turnándose entre los miembros de las tres secciones, porque la estación central tampoco está dotada de cantidades suficientes.
Actúan siempre con casco. Sería demasiada osadía hacerlo sin uno dentro de un espacio con techos frágiles, como quedó evidente en el incendio de ayer, cuando algunos trozos de ladrillo caían desde lo alto. Pero, algunos de estos protectores están desprovistos de viseras.
Fuera de la protección personal, la maquinaria con la que cuentan los bomberos de Iribarren tampoco tiene funcionalidad óptima.
Un camión cisterna es uno de los instrumentos esenciales para apagar incendios de magnitud. En esta jurisdicción, el vehículo dispuesto tiene capacidad de almacenamiento de 12 mil litros de agua, pero llevarlo completamente lleno es un riesgo porque los neumáticos no soportarían el peso.
Además del contenedor de agua, cuentan con un carro bomba y un carro escalera, cantidad de vehículos de combate contra incendios insuficiente para cumplir el trabajo porque de generarse dos o más incendios simultáneamente serían incapaces de atender ambos. Al parecer, la falta de repuestos tiene paralizada a la mayor parte de la flota.
Aun así, han llegado a atender llamados de auxilio fuera de la jurisdicción, en Crespo, Palavecino y Urdaneta porque allá no tienen equipamiento.
Inusual
Las llamaradas tomaron por sorpresa a los residentes de los 11 pisos de la torre dos del Centro Residencial del Este. Nunca había sucedido un hecho similar en esa estructura, pese a que algunos vecinos se quejaron del abandono en que el cual están algunas áreas.
Un empleado de mantenimiento del edificio desde hace 16 años lo certificó. Salvo un incendio ocurrido hace 15 años en la torre uno, dijo Ismael Alvarado, el fuego y el humo no había sido motivo de alarma, hasta ayer.
Una vecina planteó como posible motivo del incendio un cortocircuito porque, al parecer, las habitantes del apartamento afectado había perdido algunos electrodomésticos por fallas de ese tipo. Pero esto no pudo ser comprobado porque la propietaria prefirió no declarar a los medios de comunicación.