Hacer colas para adquirir productos de primera necesidad a un costo regulado ya es algo que lamentablemente se ha vuelto costumbre o rutina en gran cantidad de personas.
Sin embargo, como cualquier fenómeno evoluciona y cambia con el pasar del tiempo. Un grupo de periodistas se dirigió al municipio Palavecino para constatar el día a día de estos usuarios que durante horas luchan en las colas para obtener algunos kilos de alimento.
Erwin Prada cada semana se dirige a un abasto localizado en el centro de Cabudare. Informó que anteriormente frecuentaba los grandes supermercados o cadenas de comida, pero al notar que podía perder la madrugada y día entero en un cola donde quizás no pudiera obtener su producto, gracias a la inmensa cantidad de “bachaqueros” que hacen y deshacen en las filas, prefirió buscar otras opciones más pacíficas para adquirir alimentos.
“Desde hace un tiempo para acá me dirijo a los abastos pequeños de la zona. Igualmente “los bachaqueros” y Guardias Nacionales hacen de las suyas pero al ser un lugar más pequeño y mucho menos concurrido, al menos tengo la plena seguridad de que si llego temprano podré conseguir algo”.
Mercedes Castillo es una señora de la tercera edad que se encontraba en la fila junto a Prada. Manifestó que dejó de dirigirse a Barquisimeto a hacer sus colas porque “es imposible si uno no duerme en las calles o tiene quien le marque la fila”. A pesar de que el abasto que frecuentaba en el momento no vendía mercancía, en el lugar todos esperaban con una calma y tranquilidad que desde hace tiempo se perdió en los grandes supermercados.
En la zona norte de Palavecino otro establecimiento pequeño recibía a los usuarios de forma pacífica y ordenada. María Carolina Arráez detalló que desde hace tres días vendían en el lugar mayonesa en casi 1.000 bolívares y aún quedaba mercancía. No obstante, quienes le correspondía su número de cédula podían llevarse hasta cuatro productos, quienes no, solamente dos, con la condición de adquirir alguna otro artículo dentro del establecimiento.
Ante eso, la usuario Zulay Bolívar considera que “a esta zona viene el bachaquero cuando llega gran cantidad de productos regulados, pero un día como hoy, que tan solo es un producto, no tenemos quien nos robe los puestos, la fila corre rápidamente y en menos de dos horas podemos cumplir nuestro cometido”.
José Gregorio Meléndez, quien se encontraba en una cola para adquirir 4 rollos de papel de baño, en un mediano abasto en la Avenida Intercomunal, hizo hincapié en que sitios pequeños donde se venden productos regulados y se mantiene el orden en reiteradas ocasiones son una muestra de que a pesar de que exista un crisis económica en el país, si todos pusieran de su parte el cambio fuese notable. “Estamos claros que esto no está correcto hacer ningún tipo de cola, pero acá podemos ver como un grupo de ciudadanos honestos que solo compramos por necesidad y no para revender o estafar podemos mantener el orden y convertir una tarea difícil y tediosa en algo más humano y menos peligroso para nuestra seguridad social”.