Como se había anunciado durante la Toma de Caracas, la noche del jueves volvió a escucharse en Barquisimeto y Cabudare el sonido de las cacerolas hogareñas como señal de protesta a la crisis humanitaria que se está viviendo en el país.
A las ocho, amas de casa y jefes de familia, durante unos cuantos minutos, sonaron ollas y sartenes desde los balcones de apartamentos en urbanizaciones del este y otros sectores de las capitales de Iribarren y Palavecino.
Igualmente, en zonas del centro de la ciudad, los vecinos, pese a la lluvia, salieron a la calle a hacerse sentir con sus cacerolas.
En urbanizaciones populares, como Macías Mujica, El Obelisco o El Trigal, así como en edificios inmediatos a las avenidas Lara o Los Leones, los habitantes protestaron de esa forma por la situación.
En Palavecino, habitantes de urbanizaciones como Las Mercedes, Valle Hondo, El Recreo, El Trigal o El Paraiso, así como en otros sectores de Cabudare,también se sumaron a la protesta sonora contra el Gobierno Nacional.