Habrá quien diga que es una fecha más, o un día como cualquier otro. O habrá quienes la entienden como una oportunidad de ejercer un derecho a la protesta pacífica y democrática, contemplado en la Constitución, y que ha pretendido ser suprimido, satanizado y criminalizado, por un gobierno que se asume con el delirio autocrático de permanecer eternamente en el poder.
El día de hoy, la oposición organizada en la MUD, ha convocado la denominada “Toma de Caracas”, una movilización que busca reunir y congregar a todos aquellos venezolanos que deseen manifestar en las calles su deseo de que se realice el referendo revocatorio constitucional, que se cumplan sin dilaciones ni retrasos el procedimiento para la recolección del 20% de las firmas y voluntades para darle continuidad al referido mecanismo, y sobre todo, para que sea visible el descontento, cansancio y rechazo de la población hacia un modelo de ejercicio del poder que ha sumido a Venezuela en la peor crisis económica, social y política de toda su historia republicana.
El gobierno de Nicolás Maduro, al mantener un esquema de políticas, decisiones y visiones sobre la economía profundamente equivocadas y erradas, ha generado un cuadro tal de hiperinflación, escasez, ausencia absoluta de incentivos a la actividad privada, distorsiones cambiarias, que sumado a su talante autoritario e intolerante, violador de derechos humanos, represivo, han borrado cualquier vestigio de legitimidad o pudor democrático. Hemos sostenido, y lo reiteramos, que el término “democracia” no aplica ya al ejercicio del poder en el país, en el cual la interpretación de la Constitución y las leyes por parte del Ejecutivo, pretenden hacerse para eliminar o suprimir la disidencia política, y garantizar la permanencia de la élite militar y civil gobernante.
Mientras se hace más cruda el hambre, la desesperación por no conseguir, o no poder adquirir comida, ante la brutal caída del poder adquisitivo, la inseguridad alentada por la impunidad reinante, la rabia e impotencia ante el deterioro de los servicios públicos, el cierre o la quiebra de empresas que la euforia del fantasma comunista presente en el radicalismo del régimen aplaude a rabiar como un gran logro anti-capitalista, la falta de medicinas y la desolación en la red de hospitales y centros de salud, mayores son los intentos del gobierno por silenciar a los medios de comunicación, imponer censura, perseguir no ya a dirigentes políticos sino a cualquier ciudadano que piense distinto o manifieste su deseo del cambio político para la nación, y mayor será la represión generalizada y el uso de la mentira como eje de la propaganda oficial.
El gobierno de Nicolás Maduro ha fracasado, y ha demostrado ser incapaz para conducir los destinos del país. Prohibiendo el vuelo de “drones” o aviones sobre Caracas, para captar de seguro la protesta ciudadana, despidiendo a funcionarios públicos por haber firmado para solicitar el revocatorio, encarcelando a estudiantes, dirigentes políticos o simples ciudadanos por exigir la salida constitucional del Presidente, amenazando con represalias a quienes se sumen a la protesta, no impedirán que el profundo deseo de cambio democrático siga creciendo y se manifieste hoy, y los días por venir.
@alexeiguerra