Antes de que entre en vigencia el aumento del 50 por ciento del sueldo anunciado por el Gobierno nacional, los distribuidores de agua potable en la región modificaron los costos de cada botellón.
Las razones del incremento se deben únicamente al nuevo salario vigente a partir del 1° de septiembre, según lo indicaron los encargados de locales donde se comercializa, entre otras bebidas, los envases con agua apta para el consumo humano.
En el centro de Barquisimeto, una licorería de la carrera 23 vende cada botella de 18 litros en 550 bolívares, 100 bolívares más que hace una semana. Su encargado asume que el proveedor cambió los precios en correspondencia con la medida gubernamental.
La misma explicación maneja Carlos Ochoa, vendedor del producto en una estación de servicio del este. En su lugar de trabajo, dice, se ofrecen precios más bajos porque allí vale 470 bolívares mientras que en otras tiendas cuesta más de 500 el botellón de una marca producida en Cabudare, la más popular entre la colectividad larense.
Hay otras marcas cuyo margen de aumento fue mayor, como la que subió hace tres días a 850 bolívares, después de costar 470.
Desde esta modificación, calculó Ochoa, las ventas han descendido un 30 por ciento. Los clientes incluso le han comentado que optarán por hervir el agua para alterar menos el presupuesto familiar.
Los cambios podrían continuar los días siguientes, pronosticó Ochoa, porque el valor del envase vacío desde hace un año se mantiene en 5.500 bolívares. Por el tiempo sin ser reajustado estima que pronto los consumidores deberán invertir más para reemplazar la botella.
Una necesidad costosa
Para las familias desprovistas de filtros caseros para limpiar el líquido, adquirir agua potable envasada es una necesidad que exprime, por lo menos, 1.410 bolívares semanales, si decantan por la etiqueta más económica.
El cálculo lo arroja la inversión de una familia conformada por tres personas, como la del señor Bernardo Vásquez, quien dijo utilizar tres botellones a la semana. “No confiamos en el agua del chorro para beber y cocinar”, atribuyó el hombre a lo indispensable del agua comercial.
Otras personas todavía invierten en la marca costosa por considerarla de mayor pureza. Así lo refirió Saba Sabié. En su caso compra dos por semana. Sin embargo, por los altos costos trata de administrar bien su consumo. Pero prefiere eso a invertir en un aparato de tratamiento de agua, cuyo valor ronda los 250 mil.