Oposición y oficialismo en la calle este #01Sep

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Acusándose de buscar un estallido de violencia, la oposición y el gobierno de Venezuela medirán sus fuerzas el jueves con marchas multitudinarias a favor y en contra de un referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro, confrontado al malestar popular por la crisis económica.

Militares y policías se desplegaron en sitios estratégicos ante la llamada «Toma de Caracas» convocada por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que espera reunir en tres grandes avenidas a un millón de personas para exigir al poder electoral que acelere el referendo.

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«Toda Venezuela se está movilizando por el derecho a votar, por encima de la estrategia del miedo, el chantaje y el amedrentamiento, para hacer la más importante movilización política de nuestra historia reciente», dijo el vocero de la MUD, Jesús Torrealba, al denunciar trabas del gobierno para que los venezolanos del interior lleguen a la capital.

Pasando a la ofensiva, los chavistas se manifestaron este miércoles en el estado Miranda (centro) y convocaron a una gran movilización el jueves que llamaron la «Toma de Venezuela» en una avenida céntrica de Caracas, para defender su revolución.

«No nos provoquen a nosotros porque no sólo vamos a trancar Caracas para que nadie entre, sino para que nadie salga», advirtió en el acto multitudinario el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, al recordar que están prohibidos los vuelos privados esta semana.

Maduro acusó a la oposición de planear un golpe de Estado y amenazó con mandar a la cárcel a más opositores si se desatan hechos de violencia en su manifestación: «Chillen, lloren o griten, ¡presos van!», sentenció.

En vísperas de la marcha, las autoridades detuvieron a dos dirigentes opositores y fue enviado a prisión un exalcalde que estaba en arresto domiciliario por supuestamente planear fugarse y actos violentos el jueves.

«La oposición se juega el todo por el todo, busca demostrar que es una gran mayoría en el país que quiere cambio. El gobierno está centrando su estrategia en desmoralizar, desmovilizar y meter miedo», afirmó a la AFP Diego Montoya-Ocampo, analista del IHS Markit Country Risk, con sede en Londres.

    «Revocar el hambre»

La MUD reclamará en la calle al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que tacha de chavista, la fecha exacta de recolección de cuatro millones de firmas necesarias para convocar la consulta popular, aunque el ente ha dicho que se hará a fines de octubre y advirtió que disturbios callejeros paralizarían el proceso.

A la oposición le urge que el referendo se efectúe antes del 10 de enero porque si Maduro pierde, habrá elecciones; pero si es revocado después de esa fecha, será sustituido por su vicepresidente.

Según la firma Venebarómetro, 64% de los electores votaría en su contra.

«Lo que viene es cambio, porque el pueblo quiere revocar el hambre, la inseguridad y la falta de medicinas», aseguró Torrealba.

Maduro, quien culpa de la crisis al desplome de los precios del petróleo y a una «guerra económica» de empresarios, enfrenta el descontento de una población que sufre por la aguda escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que según el FMI alcanzará 720% en 2016, la más alta del mundo.

Aunque la oposición tiene a su favor el malestar popular, desde 2014 no convoca multitudes. Según analistas, en parte, porque está fresco el recuerdo de la violencia en esas manifestaciones que exigían la salida de Maduro, con un saldo de 43 muertos.

    «Conspiración imperialista»

Delegados de la MUD viajaron a Estados Unidos para pedir a las Naciones Unidas en Nueva York y a la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington que vigilen la marcha y denunciar lo que consideran un aumento de la «persecución política».

La ONG Foro Penal reportó una treintena de detenciones en todo el país en las últimas 48 horas.

El líder opositor, Henrique Capriles, dijo que el gobierno está «desesperado» y tiene «miedo» de que la convocatoria sea multitudinaria y, frente a eso, emplazó a sus seguidores a marchar masiva y pacíficamente.

«No queremos guerra, no queremos violencia, queremos un cronograma para el revocatorio», dijo Lilian Tintori, esposa del encarcelado líder opositor Leopoldo López.

Al vincularlo con lo que llama «golpe parlamentario» contra Dilma Rousseff, Maduro, cuyo gobierno congeló este miércoles las relaciones con Brasil, sostiene que la marcha y el pedido del revocatorio son parte de una conspiración continental «del imperialismo norteamericano».

En esta crispación política, llegaron a Caracas los exgobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Martín Torrijos (Panamá), que forman una misión de mediación para un diálogo entre gobierno y oposición.

 

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