En Caracas convergerán todos los sueños ¿Por qué marchamos?
Lo hacemos para salvar al país de una pandemia social y económica que nos redujo a la miseria, somos los sobrevivientes de una pesadilla que se transformó en desgracia. Un fraude cautivante se apoderó del poder hasta llevarnos a esto.
Pasamos de tener grandes posibilidades de crecimiento económico para colocarnos entre las naciones con mayores inconvenientes en todos los órdenes, somos la nación con la mayor tasa de inflación y desempleo del planeta.
Los alocados alquimistas del proceso revolucionario nacional lograron el milagro de llevarnos al abismo de la mega inflación. Todo eso ha conllevado a que la situación de los sectores más débiles sea de características catastróficas, precisamente aquellos que dicen defender los que pontifican desde el podio del socialismo. Su estruendoso fracaso genera un clima que alimenta la desconfianza y nos hace discípulos de la desesperanza.
Sin embargo este pueblo sabe esforzarse para vencer las contradicciones, ciertamente inverna en las profundidades del hielo de sus misterios; hasta que renace de los abismos para lograr una victoria sin precedentes. Ahora se aproxima a cumplir con el reto de obtener una salida democrática a esta crisis originada por el pensamiento totalitario.
Marchamos para garantizar un futuro con enormes condiciones de vida, que podamos salir del oprobio para paulatinamente acercarnos a un estándar de desarrollo armónico, por eso el concurso multitudinario de la gente es fundamental para lograr combinar los sueños con la fuerza de carne y hueso. Venezolanos con el anhelo de cambiar un modelo que produce pobreza.
El primero de septiembre llegaremos de todos los rincones de Venezuela, será caminar las calles de la Caracas perfumada con la historia de nuestros próceres; son innumerables los hechos en donde la capital logró que desde sus entrañas naciera la posibilidad de lograr el cambio necesario. Son miles de historias que vienen de todos los lugares para iniciar la fase final de una salida democrática que se hace imperiosa.
Lo haremos desde el convencimiento que es a través de la paz como lograremos conquistar nuestro futuro, un porvenir que permita la vuelta a la libertad plena. Que luego de estos tiempos de turbulencia podamos conseguir el nacimiento de un gobierno, que priorice el concurso de las más altas capacidades; donde se originen un intenso plan de inversión y reactivación del aparato productivo.
Una verdadera transformación que inicie el despegue hacia una economía libre del cáncer mortal de políticas sin visión de futuro. Es indispensable que se cuente con ideas claras para derrotar al populismo que tanto daño nos ha hecho. Que pueda observar las experiencias de las naciones que crecen con esquemas basados en la libertad económica…
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