Durante estos tiempos de crisis por los que atraviesa el país, los dueños de las bodegas que hacen vida comúnmente en los corazones de las comunidades se han ingeniando las mil y un maneras para subsistir a la precariedad alimentaria y económica sin perjudicar al consumidor, pues entienden que el poder adquisitivo de la ciudadanía se ha recudido considerablemente.
Ante los elevados precios de productos básicos como el café, la leche, el azúcar y otros, lo complicado que resulta acceder a ellos y lo demandados que son, ha hecho que prolifere la venta a granel.
En un recorrido del equipo reporteril de EL IMPULSO por distintos establecimientos de la ciudad, bodegueros confirmaron que en la actualidad han tenido que recurrir a esta medida nada novedosa pero muy efectiva, pues en la actualidad son pocas las personas que pueden pagar 2.000 o 3.000 bolívares por un producto “bachaqueado”, así como los que pueden pasar horas en un cola.
“La gente no tiene cómo comprar las cosas tan caras. Cómo yo les voy a vender al pueblo con precios tan altos, no puedo”, señaló la señora Julieta Roa, quien tiene más de 25 años encargada de su local en el barrio José Félix Ribas.
La popular “teta” cada vez se ve más en las bodegas aunque su contenido ahora no es el helado, sino algún tipo de polvo alimenticio. En su defecto, pequeños paqueticos de 50 y 100 gramos se ofrecen a los usuarios.
Los costos varían. Todo depende de cuánto paguen los bodegueros por la mercancía, sin embargo, se mantiene una media. Estos suelen comprar a revendedores.
Por tan solo 100 gramos de leche en polvo, azúcar, harina, café o arroz, es necesario desembolsar alrededor de 600 bolívares, 300 cuando el paquete es de 50 g.
Esto alcanzaría en el caso del café, por ejemplo, para hacer dos jarras.
“Antes era un cuarto y medio kilo solamente que se vendía”, destacó Roa la diferencia que percibió al contrastar las épocas.
La mantequilla, el aceite y la mayonesa que también escasean se venden de manera detallada por así decirlo. Un pequeño envase, de alrededor 80 g o mililitros, con alguno de dichos productos ronda los Bs. 300. Por el medio Kg. de pasta, Bs. 900 y la misma cantidad de granos: Bs. 1.800.
Bodegueros no encuentran qué vender
El común denominador de las quejas de las personas encargadas de bodegas fue lo vacío que se encuentran sus aranceles debido a lo inaccesible de la mercancía, en principio por la escasez y en segundo lugar por sus exorbitantes costos.
Algunos se han cohibido de vender algunos artículos porque saben que no serán solicitados. Tal es el caso de la señora Inocencia Da Silva, quien añora la abundancia que reinaba en su negocio de Patarata unos años atrás.
“Antes yo tenía aquí mercancía de todo tipo y de muchas marcas, la gente era la que escogía. Hoy no tenemos nada para vender”.
Alternativa accesible para el consumidor
Aunque entienden que están pagando más por menos al comprar a granel, consumidores creen que esta es una alternativa viable, pues por lo general no cuentan con altas sumas de dinero en un
“Qué más vamos a hacer si no nos alcanza la plata. Tenemos que sobrellevar las cosas así. Si a la clase media se le hace cuesta arriba, a los estratos más bajos mucho más, no sé cómo están haciendo”, señaló Ivana Suárez, ama de casa que recurría a la bodega para resolver la urgente necesidad de azúcar que se le presentó.