Desde la cero hora del lunes, hora local, empezó a hacerse efectivo en Colombia el cese bilateral y definitivo del fuego entre el gobierno nacional y las FARC luego de la orden impartida por el presidente Juan Manuel Santos y el máximo jefe de esa guerrilla, Rodrigo Londoño o «Timochenko».
Se pone así fin a 52 años de guerra entre diferentes gobiernos y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La decisión sobre el cese bilateral y definitivo del fuego surgió luego de que el miércoles pasado las partes sellaran en La Habana un histórico acuerdo de paz tras cuatro años de intensas negociaciones.
El jueves, Santos dio la orden de cesar las confrontaciones contra las FARC en su calidad de jefe de las Fuerzas Militares y de Policía. Lo propio hizo la víspera «Timochenko» desde la capital cubana.
Las Naciones Unidas y grupos de observadores internacionales estarán a cargo del monitoreo del fin de las hostilidades y el funcionamiento de las zonas a las que arribarán de manera transitoria los guerrilleros mientras se realiza el desarme.
Según dijo el viernes pasado Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, los guerrilleros ya están movilizándose hacia las zonas de concentración en las que permanecerán antes de regresar a la vida civil.
El gobierno, a través de su ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, ha dicho que si bien cesan las acciones militares contra las FARC, las fuerzas del orden seguirán combatiendo a las otras formas de delincuencia que aún persisten en Colombia.
Mediante un plebiscito, los colombianos decidirán en las urnas el 2 de octubre si están de acuerdo o no con los términos negociados en la isla entre el gobierno y las FARC.
Para ser refrendado en la consulta, el acuerdo necesitará unos 4,5 millones de votos de los casi 35 millones de colombianos que pueden votar, según datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Entre el 20 y 30 de septiembre habrá una ceremonia en la que Santos y «Timochenko» estamparán su firma en el acuerdo final de paz. La sede de esa ceremonia, según el jefe de Estado, podría ser Bogotá, Cuba o la sede de la ONU.
El senador izquierdista Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo, indicó por teléfono a The Associated Press que la entrada en vigor del cese bilateral y definitivo del fuego equivale a decir que «se acabó la confrontación armada de medio siglo entre el Estado y las FARC» que, según sus palabras, era un sueño que los colombianos querían que se materializara.
Otro congresista, Roy Barreras, del oficialista Partido de La U, comentó a la AP, a propósito del cese del fuego, que la del lunes «es la primera mañana en 52 años que amanecemos sin la amenaza guerrillera… Eso ha quedado atrás».
Barreras agregó que superado el miedo que producía la guerra el objetivo futuro es darle una oportunidad en el país a la esperanza.
En cambio Alfredo Rangel, senador del opositor Centro Democrático, expresó a través de Twitter su desacuerdo con la medida de las últimas horas. «Cese al fuego sin concentración de Farc es darles permiso para que sigan narcotraficando, sin riesgo de ser perseguidos por Fuerza Pública», escribió.
El conflicto armado dejó 220.000 muertos en Colombia entre 1958 y 2012, según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica publicado en 2013.
El mencionado centro presentará próximamente otro informe con cifras actualizadas, señaló a la AP el director de esa entidad, Gonzalo Sánchez. Aunque se abstuvo de dar números exactos, dijo que «las cifras serán más altas».
Las FARC tienen en sus filas a unos 7.000 combatientes, según datos oficiales.
Las negociaciones entre la administración de Santos y las FARC comenzaron a fines de 2012. Desde entonces las partes lograron acuerdos en materia agraria, la participación de los rebeldes en política, la lucha conjunta contra el narcotráfico, el resarcimiento de las víctimas, el cese bilateral y definitivo del fuego y el abandono de las armas, entre otros temas.
En el país aún opera el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque el gobierno de Santos también busca negociar la paz con ese grupo rebelde.