En 2014 la Alcaldía de Iribarren desarrolló a través del Instituto Municipal de la Vivienda (IMVI) y la Autoridad Metropolitana de Transporte y Tránsito (AMTT) los pasos peatonales de colores o artísticos, que al poco tiempo comenzaron a deteriorarse y decolorarse por el alto tránsito.
Este particular rayado se pintó en las principales avenidas de la ciudad: avenida Vargas con Venezuela, Venezuela con Los Leones, Los Leones con Caroní, Vargas con 19 y 20, redoma de la Divina Pastora y avenida Madrid.
La encargada de la obra fue la artista plástico Norkis Montes, quien trabajó junto al colectivo Semeruco, compuesto por estudiantes de Artes Plásticas de la UCLA.
Se supo que para la realización de dichos pasos peatonales fueron destinados más de 1.500 millones de bolívares.
Sin embargo, el proyecto requería más recursos, para el mantenimiento y restauración cada tres meses de estas pinturas denominadas de alto tráfico o epóxicas ya que su desgaste debido al frecuente paso de los vehículos y peatones, sumado a factores climatológicos y aguas residuales, demanda una inversión continua a fin de que cumplan su objetivo: ser lo suficientemente visibles.
Estos rayados de colores fríos y cálidos también se realizan con pinturas termoplásticas, pero son importadas.
Se destaca que en este momento los citados pasos de cebra, como también se les llama, se encuentran prácticamente desteñidos en su totalidad.
Recientemente, la municipalidad a través de la AMTT inició la demarcación de pasos peatonales. Además del rayado, se colocan 400 ojos de gato que le permitirán al conductor una mejor visibilidad en horas de la noche. En la avenida Bracamonte con Críspulo Benítez, donde se mejoró la nomenclatura, se observa el paso de cebra con un fondo color naranja. Pese al colorido los conductores irrespetan el rayado. A juicio de la arquitecto Claudia Rodríguez, estas demarcaciones no pueden ser de colores por tanto que por normas internacionales son de color blanco, alternando un color claro (blanco) y oscuro (negro o color del pavimiento).
Rodríguez expone que los rayados de colores son inusuales, requieren una alta inversión para su mantenimiento porque demandan un material termoplástico, además que su uso debería ser para zonas de bajo tránsito como paseos, bulevares, entre otros.
“Eso es un capricho mal visto. Ese dinero pudiera servir para tapar huecos. Esos pasos de colores lucirán por pocos días porque luego se desgastarán porque no se hacen con los materiales necesarios. La gente tampoco los respeta porque lo que sí hace falta es una campaña de educación vial y la permanente asistencia de fiscales de tránsito”.
Indicó que la pintura tráfico es costosa y reiteró que así como los brocales son rojos o amarillos los pasos peatonales son blancos, a base de pinturas altamente resistentes. Si no se tienen recursos para su mantenimiento lo ideal es demarcarlos en color blanco, insistió.