“Ese chamo era un talento”, comentaron con los ojos llorosos amigos de Edwin Jhoan Hurtado Díaz (21), quien fue asesinado la mañana de este sábado en la calle Fundadores del barrio Tierra Negra al este de Barquisimeto, mientras caminaba de la mano de una pequeña de 7 años de edad.
Justo al lado de la cancha techada que le vio celebrar tantos éxitos quedó tendido el cuerpo del muchacho que fue descrito como un destacado futbolista y basquetbolista. En una cartelera del recinto que se encuentra detrás de la Escuela Estadal Luis Sanabria Sánchez, figuraba su nombre como el máximo goleador del torneo que se lleva a cabo en la zona.
Los familiares del hoy fallecido, al llegar y ver lo sucedido, se abalanzaron a llorar encima del cadáver, estaban desconsolados. Allegados aseguraron que era una persona muy alegre y querida por la localidad. Deja sin padre un niño de dos años de edad.
Iba a visitar a su mamá
Vecinos aseguraron haberlo visto la noche del viernes en una reunión social, aunque comentaron que no estuvo mucho tiempo, ni ingirió bebidas alcohólicas.
Esta mañana pretendía visitar a su mamá que vive en el barrio San José, por lo que alrededor de las 10:00 a.m. Hurtado Díaz se alistó y salió de su hogar, ubicado en la avenida Negro Primero de Tierra Negra, para pasar buscando a la hija de su hermano, quien se encuentra recluido en alguna cárcel de Lara, para llevársela a su abuela como acostumbraba a hacer los fines de semana.
Cuando se dirigía a la parada para tomar el transporte público, ya había pasado el preescolar Los Caracolitos, contaron testigos del hecho que fue interceptado por un Chevrolet Aveo color gris, desde el cual le dispararon en varias oportunidades, produciéndole una herida mortal en la región intercostal derecha.
La infante que presenció cómo mataban a su tío pudo correr hacia arriba (en dirección a su hogar), para luego ser puesta a salvo por su propia madre, quien salió preocupada al escuchar las detonaciones. Comentaron que la pequeña “quedó traumada”, pues no hacía más que repetir que habían matado a su tío.
Compañeros de Edwin intentaron auxiliarlo, pero la manera desesperada en la que el fallecido intentaba inhalar fue señal, para ellos, de que ya no había salvación.
Informaron que el chamo trabajaba en construcción con su suegro, aunque por ser asmático no se mantenía constantemente en ello. Era el tercero de cinco hermanos.
Allegados aseveraron desconocer el móvil del hecho, pues alegaron que no se metía con nadie, aunque algunos indicaron que el automóvil desde el que lo hirieron tenía días rondando por la zona.
