Lo del gobierno de Nicolás Maduro raya en el abuso y la subestimación al trabajador, ante la situación dramática que agobia a todo un país, al pretender presentarse como el defensor del salario, cuando en realidad lo que ha sido es su sepulturero, al extremo que ha anunciado tres aumentos de salarios y de cestaticket en 2016, que muy poco le permiten al trabajador adquirir los alimentos de la dieta diaria familiar. Además, todos estos decretos son inconsultos, sin tomar en cuenta a sindicatos y centrales sindicales.
Mientras no se frene la inflación y no se fortalezca el bolívar, todo aumento es un espejismo ante la realidad que hunde a todos en la miseria. Veamos: con el aumento anunciado el 12-08-2016 de 50%, el salario asciende a 22.500 y la cestaticket aumenta a 8 unidades tributarias, registrando la cifra de 42.500 bs., alcanzando un ingreso de 65.000 bs., entre tanto la cesta alimentaria sobrepasa los 300.000 bolívares y la Cesta Básica de bienes y servicios rondan los 500.000 bs.
Se demuestra que la carrera la pierden los salarios ante la inflación, cuando ésta se proyecta para este año cercana al 700%
Aun cuando los salarios no son los causantes determinantes de la inflación, estos no pueden competir jamás con la subida de precios generada por la baja oferta, escasez, desabastecimiento y la parasitaria economía de puertos, principal fuente de negociados de la boliburguesia gubernamental.
La hambruna general de la población es aprovechada por el gobierno para otorgar aumentos que instalan oficialmente la flexibilización salarial, de allí que a partir del primero de septiembre de cada 3 bolívares que recibirá el trabajador 1 será salario, y 2 serán bonos. Nada que envidiarle a la política de bonificación adelantada por la gestión de Caldera II (1994-1998) En el caso de Maduro pretende imponer la farsa llamándola salario integral.
Los efectos colaterales de este aumento serán devastadores, ya que el espacio donde más se emplea trabajadores es en las pymes, donde labora 70% de la mano de obra y donde bajarán las santamarías ante anuncios improvisados y desajustados, orientados solo al capricho gubernamental de mantenerse a toda costa en el poder.
Por tanto la forma irresponsable y demagógica con la que el Presidente impone estos decretos, sin ocuparse de los temas centrales: La falta de alimentos, medicinas, el restablecimiento de los servicios públicos, la inseguridad ciudadana, la seguridad social, tienen un objetivo correr la arruga y mantenerse en Miraflores hasta 2019
De allí que los aumentos otorgados en 2015 y 2016 no resuelven la terrible situación, que ha determinado a la población exigir una salida constitucional a la crisis, como lo es el referendo revocatorio.
Salir de este Gobierno por la vía constitucional es la exigencia de la mayoría de la población venezolana, ya que el mandatario nacional no da signo alguno de reconsiderar su nefasta política económica que hunde a todos los venezolanos.
Froilan Barrios Nieves