Los rescatistas reconocieron el viernes que podrían no hallar a ningún sobreviviente más del terremoto que afectó Italia al tiempo que enfrentaban un nuevo obstáculo: una poderosa réplica que dañó dos puentes cruciales de acceso a la golpeada población de Amatrice, lo que amenaza con dejarla aislada.
El alcalde Sergio Pirozzi advirtió que, si no se abren nuevos caminos rápidamente para que sustituyan a los dañados, Amatrice corre el riesgo de quedar incomunicada en momentos en que necesita tantas opciones de transporte como sea posible para traer a equipos de emergencia y desalojar a algunos de los 281 fallecidos por el sismo.
«Con las réplicas de ayer, pero en especial de esta mañana, la situación ha empeorado considerablemente», les dijo Pirozzi a los reporteros. «Tenemos que asegurarnos de que Amatrice no quede aislada, o de lo contrario corremos el riesgo de que no pueda llegar ayuda adicional».
La réplica más fuerte se produjo alrededor de las 6:28 a.m., una de las más de 1.000 que han golpeado el área desde el sismo del miércoles. El Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que su magnitud fue de 4,7, mientras que el instituto italiano de geofísica la midió en 4,8.
Dejó inservible un puente crucial de acceso a Amatrice y dañó otro. Las cuadrillas comenzaron a retirar los árboles para crear un paso alterno con el fin de evitar el rodeo de casi 40 kilómetros (25 millas) por caminos ascendentes y descendentes en las montañas que se vieron obligados a utilizar el viernes, lo cual hizo disminuir la velocidad del rescate.
Incluso antes de que los caminos fueran cerrados, el tráfico para ingresar y salir de Amatrice estaba terriblemente congestionado con vehículos de emergencia y camiones de volteo que trasladaban toneladas de concreto, piedras y metal por las vías de un solo carril.
Múltiples ambulancias también estaban transportando a los muertos a un hangar aeroportuario en la capital provincial de Rieti, donde cuatro camiones refrigerados de gran tamaño creaban una morgue improvisada, la cual fue visitada constantemente el viernes por los parientes.
El primer ministro Matteo Renzi declaró el estado de emergencia y autorizó 50 millones de euros (56 millones de dólares) para un alivio inmediato a los damnificados del sismo. El gobierno italiano también declaró el sábado como día de duelo nacional y programó un funeral de estado al que acudirá el presidente Sergio Mattarella.
Treinta y cuatro ataúdes estaban alineados en un gimnasio en Ascoli Piceno antes de la misa del sábado. Se programó una ceremonia conmemorativa en honor de las víctimas de Amatrice para la próxima semana.
Los esfuerzos de rescate continuaban, pero para el anochecer, dos días completos habían pasado desde que la última persona fue extraída con vida de los escombros.
«Aún hay esperanzas para hallar sobrevivientes bajo los restos, incluso en estas horas», dijo el viernes Walter Milan, un rescatista. Pero reconoció que «ciertamente, será muy improbable».
La mayor parte de los muertos fueron hallados en Amatrice, un poblado medieval en la cima de una colina famoso por su tocino y su salsa de tomate para pasta. El viernes fueron extraídos otros tres cadáveres allí, con lo que el total de muertos en la población aumentó a 221.
Pirozzi insistió el viernes que el centro histórico del pueblo será reconstruido tal y como era, en lugar de construir un «pueblo nuevo», que fue lo que se hizo en la ciudad de L’Aquila, la cual fue afectada por un terremoto en 2009.