El presidente boliviano Evo Morales calificó el viernes de «conspiración política» el secuestro y asesinato a golpes de un viceministro que había sido tomado como rehén por mineros artesanales que realizan protestas con bloqueos de carreteras.
«Esta es una conspiración política, no una reivindicación social», dijo Morales en rueda de prensa. «Los opositores respaldan» la demanda de los mineros. «El fallecimiento del hermano viceministro es una actitud cobarde… fue secuestrado, torturado y asesinado», agregó el mandatario.
El viceministro de Régimen Interior Rodolfo Illanes fue secuestrado el jueves por la mañana en la localidad rural de Panduro, 130 kilómetros al sur de La Paz, adonde había llegado para intentar dialogar con los mineros luego de que dos manifestantes murieran en un choque con la policía.
La autopsia reveló que Illanes murió por un «traumatismo cerebral y torácico», dijo el fiscal Edwin Blanco.
Los mineros artesanales, asociados en cooperativas que ellos mismos administran, exigen al gobierno que les permita asociarse con capitales privados, reclaman acceso a nuevos yacimientos, se oponen a la sindicalización de la actividad y piden subsidios en la electricidad para hacer frente a la crisis en el sector por la caída internacional del precio de los metales.
Las cooperativas mineras gozan de ventajas tributarias y laborales y son consideradas por ley entidades no lucrativas, pese a que durante el auge de precios que finalizó en 2012 decenas acumularon riqueza.
Fueron organizadas en la década de 1980 para contrarrestar el desempleo tras el cierre de las minas estatales, pero con el tiempo se convirtieron en empresas rentables pese a que trabajan con capital reducido, tecnología precaria y en yacimientos que el Estado dejó de operar.
Los mineros cooperativistas suman más de 100.000 y son muy influyentes por su gran poder de movilización y generación de empleo. Mientras duró el auge de los precios fueron aliados del presidente Morales y lograron escaños en el Poder Legislativo, dominado por el gobernante Movimiento al Socialismo.
Pero la negativa del gobierno a permitir que se asocien con capitales privados los ha puesto en pie de guerra.
Illanes era abogado y profesor universitario. Su cuerpo fue abandonado a un lado de la carretera y su automóvil incendiado. Su chofer pudo escapar de los manifestantes.
Tras su muerte, que conmocionó al país, las carreteras amanecieron despejadas el viernes según el ministro de Trabajo Gonzalo Trigoso. Los mineros movilizados se replegaron a sus campamentos y sus dirigentes apagaron sus teléfonos celulares. Se desconoce el paradero de dos policías que también fueron tomados como rehenes.
Sayari y Panduro, dos aldeas rurales sobre la carretera que une La Paz con Cochabamba en el centro del país, han sido escenario desde el martes de duros choques con la policía que intentó despejar las rutas. Los tres días de enfrentamientos dejaron más de un centenar de mineros detenidos y una treintena de heridos entre policías y manifestantes.
Morales dijo que la muerte de dos mineros el jueves «es sospechosa» porque la policía no uso «armas letales» sino equipos antimotines.
La minería es la segunda fuente de riqueza del país después del gas natural y en el primer semestre exportó 42% del total de las ventas al exterior.
Bolivia es el sexto productor mundial de zinc y también exporta estaño, plata, complejos de plomo y oro.
La estabilidad económica ha sido la mayor fortaleza de Morales en sus más de 10 años en el poder, pero la situación comenzó a deteriorarse este año. A pesar de ello se estima que el producto interno bruto del país crecerá 3,9%, la tasa más alta de Sudamérica.
No hay antecedentes recientes de funcionarios de gobierno ejecutados por manifestantes. El último caso ocurrió en 1946 cuando el entonces presidente Gualberto Villarroel fue colgado por una turba frente a la casa de gobierno.