Ante cada una de las jaulas, el veterinario se detiene y lanza un dardo anestesiante: monos, pájaros o puercoespines, los últimos animales, entre los cuales el último tigre del enclave palestino de Gaza, fueron preparados este martes para abandonar el zoológico de Jan Yunes.
Tres veterinarios y sus ayudantes, llegados desde el extranjero, sacaron con sumo cuidado de sus habitáculos a los animales dormidos para practicarles un chequeo médico completo. Todos ellos, sobrevivientes del zoo, un auténtico cementerio a cielo abierto.
Fue la séptima y última visita a la Franja de Gaza de estos veterinarios, llegados por iniciativa de la oenegé para la defensa de los animales Four Paws, que montó toda esta operación.
Ecografías, vacunas, los animales fueron sometidos a toda una batería de pruebas antes de ser nuevamente realojados en sus jaulas en las que pasarán la noche por última vez.
El miércoles temprano franquearán el punto de paso de Erez, salida hacia Israel y una barrera muy difícil de pasar para los casi dos millones de palestinos hacinados en el enclave bajo un severo bloqueo israelí desde hace una década.
Desde hace meses, Amir Jalil, un veterinario austriaco de origen egipcio, realizó varias visitas al pequeño zoológico ubicado en el sur de la Franja de Gaza, en el que el centenar de animales que lo habitaban fueron diezmados por las sucesivas guerras, el hambre, la falta de cuidados y de estructuras apropiadas.
Después de tres conflictos bélicos y varios años de escasez, apenas quedan quince animales, que eran parte del orgullo del zoológico cuando fue inaugurado hace diez años: monos, pelícanos, gacelas, puercoespines y un tigre, detalló el veterinario.
En su próximo periplo transitarán por Israel para llegar a Jordania. El tigre, en particular, continuará viaje desde allí hacia Sudáfrica. En Israel, será trasladado a una jaula especial para su transporte aéreo, explicó el doctor Jalil.
Ziad Aweda, propietario del lugar, recordó con tristeza: «traje a estos animales desde Libia, Sudán, Egipto e inclusive desde Sudáfrica, hasta Gaza». Ahora, recorrerán el camino inverso como consecuencia de las condiciones de vida, la economía devastada y el duro bloqueo que afecta al enclave, donde el ocio se ha convertido hace mucho tiempo en un lujo excesivo.