Luego de una semana de versiones divergentes sobre el aumento de la tarifa del pasaje propuesto por los transportistas en todo el país y todavía sin el visto bueno del Ministerio para el Transporte y Obras Públicas, los usuarios barquisimetanos se movilizan confundidos y, sobre todo, preocupados por el gasto que deberán hacer si arbitrariamente perduran los montos.
Las opiniones confluyen en un mismo cauce: las nuevas tarifas son excesivas.
Camilo Garzón, mientras esperaba en el centro de la ciudad una buseta para regresar a su hogar, fue uno de los que catalogó como un ajuste por encima del presupuesto de las familias el planteamiento de la Federación Nacional de Transporte y del Sindicato Automotor del Estado Lara que establece en 100 bolívares el pasaje por puesto dentro de la capital.
Para Garzón el anuncio formal de estas tarifas le afectaría considerablemente, hasta el punto de que tendría que sacrificar parte del dinero dispuesto para la alimentación para poder cancelar el servicio. A su juicio, 75 bolívares por persona sería un costo idóneo para que transportistas y pasajeros estén conformes.
Tomar cinco rutas a diario para llegar a su lugar de trabajo con la tarifa impuesta por el sindicato implica para Ender Gutiérrez apartar 500 bolívares solo para el transporte, una suma importante si se toma en cuenta que será hasta la primera quincena del próximo mes cuando los empleados comiencen a cobrar el aumento del 50 por ciento del salario anunciado por el Gobierno.
Como Garzón, Gutiérrez tampoco se niega a que cambien las tarifas, pero considera que basta con 70 bolívares por usuario. Él es del grupo renuente a plegarse a lo dispuesto por los prestadores del servicio porque significaría estar fuera de lo legal y a “malacostumbrar” a los choferes.
Ayer, de acuerdo a los ciudadanos consultados, no hubo fallas en la circulación de los vehículos y también menos quejas de parte del afectado, en muchos casos por temor a dejar ir la unidad después de una larga espera, como lo confesaron Nairubi Romero, habitante de El Cercado, y un viajero de San Felipe. En el caso del yaracuyano, dijo, se excusó ante el conductor diciendo que no tenía el dinero suficiente, por lo cual le pidieron abandonar la unidad. Antes de hacerlo y perder su jornada de trabajo prefirió pagar los 500 bolívares exigidos.