Las críticas son necesarias. Es bueno comunicar a los demás qué nos molesta, porque de este modo nos conocen un poco más. Pero no por ello tenemos que recurrir al ataque personal, que habitualmente tiene consecuencias negativas. En la vida familiar, verbalizar qué nos gustaría modificar en ella es necesario. Ahora bien, tenemos que partir de la idea de que es imposible cambiar a las personas.
A la pareja u otras personas que no son cercanas no podemos pedirles un cambio de su personalidad, pero sí que modifique de actitud con respecto a algo que nos afecte. Se trata de describir lo que nos disgusta y cómo nos sentimos para abrir vías de comunicación. Consiste en llegar a acuerdos, que es un modo de fortalecer la relación de pareja, amistosa, familiar o profesional.
Pero recuerda que las críticas dirigidas a las personas refieren a lo que hacen y no a lo que son. ¡No lo olvides! Por ello, es aconsejable mesurar las palabras: evita dañar al otro. Recuerda que tú también eres criticable en muchos aspectos.
Fijémonos en las diferencias entre un mensaje y otro: es distinto decir a tu pareja: «eres un egoísta. Siempre tengo que ir yo sola a comprar al supermercado, hacer la comida, fregar los platos, mientras tú te dedicas a ir a comprar el periódico y leerlo sentado tranquilamente en el sofá» que «me gustaría que me ayudases un poco más. Yo llego cansada del trabajo y no puedo con todo. ¿Verdad que lo tendrás en cuenta?»
La reacción al primer comentario será muy diferente a la que puede tener nuestro interlocutor con un mensaje como el segundo. En el primer caso, seguramente adoptará una actitud defensiva e intransigente. Colocar «etiquetas» no ayuda a que el otro realice el cambio que deseamos, sino lo contrario: éste mantendrá su actitud para defenderse de una crítica que considera injusta.
En cambio, en el segundo caso, podremos conseguir que recapacite sobre nuestra queja y que cambie de comportamiento con respecto a ella, si considera que tenemos razón. Se trata de saber sugerir cosas y no de exigir cosas. A la hora de criticar te pregúntate qué es lo que te mueve a hace la crítica.
Al reconocer cuáles son las motivaciones ocultas que te inducen a ella, no caerás en la trampa de la crítica feroz o el ataque personal. Elige tus palabras, piénsalas, para evitar dañar al otro y ser objetivo. Critica al otro lo que hace, no lo que es. No podemos cambiar la personalidad de los demás. No generalices tu crítica a otras situaciones o actitudes de la persona a la que le diriges tu queja. Sabes que este tipo de afirmaciones son poco reales e injustas.
