Faris Alberto Galíndez de 56 años, fue ultimado en el sector Potrerito de Tintorero, ubicado en el municipio Jiménez.
Galindez vivía junto a dos de sus tres hijos en Barquisimeto, específicamente en la comunidad San Francisco, calle 11 entre 2 y 3. Trabajaba como carpintero. Por ser época vacacional se dirigió desde hace un mes a la zona de Potrerito para visitar a su madre, la cual se residencia en la comunidad de Mabui Abajo, en la parroquía Juan de Villegas.
En su viaje lo acompañaron su hijo menor Faris Alberto Galíndez de 19 años y Melani Galíndez de 20 años. La tercera de las hijas no vivía con ellos.
Por ser una zona destinada al cultivo, los miembros de la familia se dedican a la siembra y cosecha de distintos rubros.
El viernes en la mañana, fue la última vez que Faris Galindez vio a su padre.
“Yo me dispuse a trabajar en las cosechas y mi padre salió junto a su hermano, un primo y un sobrino a matar iguanas y buscar miel para nuestro consumo”, comentó.
El asesinato de Faris Alberto Galíndez, tuvo lugar a las 11 de la mañana de ayer. Según un familiar que no quiso ser identificado, informó que luego de durar horas bajo el sol en busca de la miel, Faris y él, se sentaron bajo un árbol a descansar. En ese momento se escuchó una detonación y Galíndez comentó: “me dieron” mientras se acostaba del dolor.
El disparo impactó en la zona axilar izquierda . Por más de media hora se mantuvo en una lucha por la vida y la muerte, aquel padre de familia, mientras dos de sus familiares se dirigían a Mabui Abajo, en busca de ayuda.
Sin embargo, aquella familia perdió la batalla contra el tiempo, y de esa manera falleció Faris Alberto Galíndez.
Al momento que los familiares se enteraron del suceso, se dirigieron a la zona a observar lo que había sucedido, porque no lo podían creer. Los hijos de la víctima al verlo comenzaron a llorar desconsoladamente. Toda la familia lamentaba un hecho trágico sin entender quién era el culpable o las razones de lo sucedido.
“ Era un hombre trabajador que solo se dedicaba a la carpintería, el cultivo, la caza y siempre estaba pendiente de atender a sus hijos y familiares. No tenía problemas con ningún tipo de personas, simplemente no entendemos cómo sucedió esto”, comentó entre lágrimas Faris Galindez, hijo.