Lisa Gregory ha estado muy atenta al clima desde que evacuó su casa en las montañas, mientras un incendio avanzaba en el sur de California. Gregory no sabe cuándo podrá regresar a casa o ni siquiera si su casa sigue en pie.
Esa incertidumbre «es un sentimiento horrible», dijo Gregory mientras descansaba en una silla a la sombra de un árbol, afuera del centro de evacuación.
Bomberos ganaron bastante terreno el jueves al tratar de sofocar un incendio que comenzó el martes en las montañas y desierto casi 100 kilómetros (60 millas) al este de Los Angeles. Atizados por vientos y poca humedad, el siniestro ardió alimentándose de maleza y matorrales secos por la sequía, quemando una cantidad desconocida de casas y vehículos.
El incendio de 153 kilómetros cuadrados (59 millas) estaba contenido en 22%, y una pequeña cantidad de evacuados, que viven al este de la línea de contención del incendio, pudo regresar a sus casas.
Unos 82.000 residentes estuvieron bajo órdenes de evacuación en el peor momento del incendio.
Personas salieron a inspeccionar los daños en el área devastada pero muchos lugares todavía eran muy peligrosos para llegar.
«Ahora el incendio ha calentado demasiado muchas de estas áreas», dijo el portavoz del Servicio de Bosques Jake Rodriguez.
Charmy Hartinger dijo que había estado en «un torbellino de emociones» desde que salió del trabajo y se dio cuenta de que no podía regresar a casa. Luego de quedarse en un hotel con su hermana, llegó al centro de evacuación, donde encontró a su vecino.
«Solo quiero saber si es que todavía tengo casa», dijo.
Entre tanto, un nuevo siniestro brotó en el área rural del condado de Santa Bárbara y rápidamente creció hasta 500 acres y causó la evacuación de un par de campamentos.
Otro incendio, cerca de Lake Isabella, en los condados de Kern y Tulare, en el centro del estado, habían quemado más de cinco kilómetros cuadrados (dos millas cuadradas).
Tras cinco años de sequía, las áreas verdes de California se han secado. Esto ha propiciado una serie de incendios destructivos y mortales. No se han reportado muertos por el último incendio pero las cuadrillas de rescate estaban usando perros para detectar cadáveres.
