Todos sabían lo que había pasado, pero aún así callaban. Se limitaban a observar el cuerpo sin vida de Luis Javier Castillo Pérez, de 39 años de edad, conocido como “Luis La Culebra o El Tizanero”, quien yacía en la orilla de una quebrada, ubicada en la calle 12 de Tarabana II en Cabudare, municipio Palavecino.
El hecho se estima fue a las 3 de la madrugada y su familia tuvo conocimiento de la fatídica noticia a las 6:30 de la mañana de ayer.
La víctima fatal se encontraba boca arriba y tenía sus pies amarrados con un cable, al parecer de teléfono. Le faltaba el zapato del pie derecho, aparentemente estaba golpeado y sobre su rostro corría la sangre. Se le apreció un disparo en la región nasal y otro en la cabeza.
Los residentes de la zona, quienes no quisieron identificarse por temor a represalias, comentaron que “Luis, La Culebra” hacia más de un año que los tenía azotados por la zona.
“Vivía por acá y no le importaba. Robaba con el sobrino, se metía a las casas en la madrugada, amarraba a las víctimas y se llevaba hasta la comida”, expresó uno de los testigos.
Los mismos relataron que hace mes y medio, en uno de los asaltos, le cortó el rostro a un señor con un exacto, causándole una lesión que ameritó 50 puntos. Hace una semana se salvó de una turba de residentes quienes lo iban a linchar, pero ya lo tenían “fichado”, manifiestan los testigos.
Comentan que este hombre aparentemente iba a hacer una de las suyas cuando un grupo de la comunidad lo consiguió y lo liquidó, tomando la justicia por sus manos, porque estaban cansados de denunciarlo y nadie hacía nada.
Una señora también indicó que el hombre tenía problemas por fuera de la comunidad, debido a que hace 15 días llegó un sujeto en una moto, sacó un arma, lo apuntó y le indicó que no lo mataba porque habían muchas personas alrededor.
Lloran a su familiar
Sentada en una silla se encontraba la madre de Castillo Pérez, quien manifestó que el hombre había salido en la madrugada. Ella cree que a hacer una cola porque no le dijo y fue en la mañana que se enteró.
Comentó que se ganaba la vida vendiendo tizanas y tortas de casa en casa. Aseguró no saber si tenía problemas y no haber escuchado disparo alguno en medio de la noche.
Manifiesta que deja huérfana de padre una niña de 12 años de edad. “Es el mayor de mis hijos. A él fue el que me mataron, el resto está bien”, contestó la dama quien no quiso dar más detalles de lo sucedido.
Funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cicpc llegaron al sitio e hicieron el levantamiento del cuerpo y a su vez iniciaron las averiguaciones del caso.