El sonido de los pasos de varias personas corriendo calle arriba, precedió una ráfaga de disparos que rompió el silencio de las primeras horas de la tarde en el sector Las Delicias de Santa Rosa. Una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegó al sector en búsqueda de Arnoldo Antonio Rodríguez, de 28 años de edad, sobre quien pesaba una solicitud del juzgado primero de control de Barquisimeto por homicidio.
Lo hallaron, ayer, en la calle La Cañada con El Calvario, le indicaron que se detuviera, pero eludió la orden y atacó a los funcionarios disparándoles con un revólver. Estos se defendieron y lo dejaron malherido con dos disparos, uno en la mano y otro en el abdomen. Falleció momentos después cuando fue traslado para recibir atención médica, según se precisa en el parte oficial del organismo.
Para allegados y vecinos de Rodríguez, sin embargo, este no encaró a los funcionarios. Al parecer, no tuvo tiempo de hacerlo, pues se encontraba dormido dentro de las paredes de lata de la habitación de una casa del sector, de esas que corona la colina.
“En mi casa no hubo enfrentamiento”, aseguró Judith Pérez, abuela de la pareja del hombre. La propietaria de la vivienda también estaba dormida cuando la comisión, presuntamente, entró en la casa con la justificación de que le seguían la pista al ladrón de un vehículo que acaba de cometer el delito en el este de la ciudad, relató la mujer.
Cuando los funcionarios localizaron a Rodríguez, este al parecer, estaba acostado junto con su novia, Crismar Colmenares, y el hijo de esta, un niño de tres años. A ella la sacaron junto con el menor para que se quedara dentro de otro cuarto con su abuela.
Después, dijo la joven, solo escucharon disparos y no pudieron ver el cuerpo de Rodríguez cuando lo sacaron de la vivienda.
Para el momento del hecho, defiende Colmenares a su pareja: “no estaba armado, no hay nada”, es lo último que recuerda haber escuchado de Rodríguez antes de que ella saliera de la habitación.
La relación amorosa entre ellos, según la abuela de Colmenares, era reciente. Con lágrimas desbordándole los ojos y la voz quebrada, dijo que si lo buscaban por una fechoría debieron llevárselo preso y no asesinarlo.
Ni ella ni su nieta negaron que el occiso tuviera deudas con la justicia.
La joven reconoció que Rodríguez cumplía medida de presentación cada 15 días por posesión de drogas, cargo que se le anexó al expediente después de un procedimiento policial efectuado en Santa Rosa.
Entre las fichas delictivas, a Rodríguez lo tienen identificado con el alias “El Morado” y, supuestamente, usaba la vivienda de Las Delicias para esconderse.