Con la osadía de la juventud, la irreverencia de quien tiene afán de superación, la gallardía de quien combatía con molestias en un tobillo y profunda fe en cada paso de su voraz mecánica ante cada intento, Yulimar Rojas se montó a Venezuela en su vuelo y le dio un salto de calidad a su participación en los Juegos Olímpicos de Rio 2016, al regalarle al país una medalla de plata en la final de salto triple femenino, merced a un intento efectivo de 14.98 metros.
La belleza de ébano, de apenas 20 años de edad e imponentes 1.92 metros de estatura, campeona mundial bajo techo en marzo en Estados Unidos, estaba consciente de la grandeza del reto e, incluso a pesar de un comienzo adverso, avisó primero con un salto de 14.87 metros en su tercer intento, remató después con un prodigioso 14.98 e incluso se dio el lujo, ya en su sexto intento, de coquetear una vez más con los 15 metros (14.95).
Ibargüen, múltiple campeona y a la que solo le faltaba el oro olímpico en su pared, pareció alimentarse del mejor salto de la criolla y justo después hizo uno de 15.17 con el que marcó distancias, siempre sonriente y con el público en el bolsillo, en un memorable uno-dos suramericano que emocionó al Estadio Olímpico, repleto además porque la jornada coincidía con la final de 100 metros planos ganada por el jamaiquino Usain Bolt. El bronce quedó en poder de la anterior campeona olímpica, la kazaja Olga Rypakova (14.74 metros).
Aquella niña que pasó por el salto alto y el salto largo y que conoció a su entrenador, el legendario cubano Iván Pedroso, gracias a un mensaje en la red social Facebook, le dio al país su segunda medalla en atletismo y la primera en 64 años, tras el bronce de Asnoldo Devonish en Helsinki (1952).
Es también la presea 13 en la historia de Venezuela en Juegos Olímpicos y la tercera para una mujer tras Adriana Carmona (2004) y la larense Dalia Contreras (2008). La última vez que Venezuela no obtuvo medallas en unos Olímpicos fue en la edición de Sydney 2000 y encadena cuatro citas con al menos un metal.
Emoción indescriptible
“No sé cómo explicar toda la emoción que siento en mi cuerpo. Sentía que me podía salir muy bien esta competencia. Había hecho el trabajo para ello. Esto es grande, grandioso. Lo logré con mucho esfuerzo. Gracias a Dios hoy no tuve problemas. Todo el día estuve muy feliz, centrada en lo mío”, agregó sonriente.
Su madre, Yuleisi Rodríguez, declaró a la agencia de noticias AFP vía telefónica desde Puerto La Cruz que se sentía muy contenta. “Mi hija sacó su salto de abajo porque tuvo una lesión en un tobillo pero se propuso conseguir una medalla y lo logró”.