El pasado viernes se inauguró la XXV Feria Internacional de Artesanía Tintorero 2016 con la participación, según los organizadores, de 200 artesanos regionales, 70 nacionales y 2 internacionales (Ecuador y Colombia).
En el pasado, hace cinco – diez años atrás, la feria reunía una gran cantidad de personas. Diversos entes gubernamentales trabajaban de la mano para ofrecer un evento de primer orden. Hoy en día, la crisis económica también impacta esta iniciativa que se esfuerza en permanecer en el tiempo luego de 25 años de labor ininterrumpida.
La verdad es que las ventas están flojas, dicho por los propios expositores, quienes tienen que incrementar el valor de sus productos ante los altos costos de la materia prima. Para los visitantes, es casi imposible desprenderse de por lo menos Bs. 2.000 para comprar un paquete de doce acemitas. Hay que cargar una buena suma de dinero para adquirir unos individuales de mesa, a Bs. 4.000, porque los precios de feria quedaron en el recuerdo.
En otras épocas numerosas personas se acercaban a la feria de Tintorero, la ciudad de los hilos. Ahora, todo es diferente.
A las 11:00 de la mañana no todos los locales estaban abiertos. Pese a ser domingo, se observó poca afluencia de visitantes.
“Si viene gente, pero a distraerse un poco, miran, recorren el lugar y se van. La gente no está comprando artesanía, buscan comida”, expresó Alirio Sequera.
“Las ventas no están buenas. Se vende, pero muy poco. Lo que pasa es que la artesanía está por las nubes. Las hamacas que el año pasado costaban Bs. 5.000 en esta edición valen Bs. 25.000 y 50.000”.
Agregó el fabricante de hamacas que de 100 talleres solo están trabajando 10. Muchos han cerrado porque el kilo de hilo cuesta Bs. 4.000 y una hamaca sencilla se lleva por lo menos cuatro kilos.
“El hilo tampoco se consigue fácilmente. Yo tejía hamacas con el color de la bandera nacional pero a veces llega solo hilo amarillo. No llegan los tres colores al mismo tiempo. La materia prima es importada, de España o China”. Recordó que en otras ferias se juntaban más de 30 expositores internacionales.
Por otra parte, la señora Viviana Ochoa, apuntó “la feria está maluca” “muy poca gente”.
La situación del país nos afecta a todos, subrayó.
“El hilo cada vez está más caro. Esperemos que la situación mejore en la semana”.
Para Gloria Yépez, quien tiene toda la vida participando en la feria, tal y como dijo, aseguró que el evento está bien. Reconoce que se han acercado personas. Sin embargo expone que “el tejido se incrementó 50% respecto al año anterior”.
“La gente compra piezas utilitarias y más económicas, como los individuales de mesa que se consiguen entre Bs. 4.000 y 5.000”.
María Escalona también compartió su opinión. “La feria está buena pero no como el otro año. Las ventas están duras porque los precios de las artesanías han subido mucho. Un chinchorro que antes costaba Bs. 6.000 ahora vale 12.000. Mucha gente se acerca pero pocas compran y no llevan hamacas, adquieren algún detalle”.
Los heladitos de coco son muy buscados en Tintorero. También se incrementó su precio.
Cuestan Bs. 600 y Bs. 700. El señor Raimundo Rodríguez, quien tiene 25 años en esa aldea artesanal, contó que el saco de 50 cocos vale Bs. 15.000. No obstante, lo más costoso y difícil de encontrar es la leche y el azúcar, que consigue a precios de revendedor.
Otro producto muy buscado en Tintorero es el Cocuy, que no se quedó atrás en su costo.
“El azúcar subió, se paga más cara, y los productores la utilizan para esta bebida espirituosa.
Cuesta Bs. 3.500 el litro, subió 100%. El que antes compraba dos litros ahora lleva solo uno o compra la presentación más pequeña. Ayer vinieron más de 10 personas, degustaron diferentes tipos de Cocuy pero ninguno compró”, mencionó Fernando Concepción.
A su juicio, desde que el evento se politizo, no es lo mismo. Anteriormente trabajaban de la mano en pro de los artesanos el Ministerio de Turismo, Alcaldía de Jiménez, Gobernación de Lara y el comité organizador. Entre otros entes colaboradores.
“Ahora solo organizan Corpolara y Mintur en conjunto con los organizadores, que ya no es Asoferias. Sin duda eso influye porque cada gobierno traía su gente. Hasta la alcaldía de Palavecino participaba”.
A esta feria también se dio cita la señora Edilza Palmar con su artesanía wayuu. Ella vende mochilas, chinchorros, guayaberas, collares, mantas, carteras, entre otros. Viene de Maracaibo. Todo es hecho a mano con hilo colombiano valorado en 40 mil pesos el rollo.
Cada bolso que diseña le toma al menos dos semanas hacerlo. Sus colores y formas son bellísimos y sus precios oscilan entre los 18 y 25 mil bolívares. Los chinchorros cuestan Bs. 180 mil.
La famosa muñequera de Cabudare es parte de esta feria. “Este año está muy flojo. Hay artesanos nuevos. Muchos que son viejos y buenos no pudieron venir”.
Para la señora Nelly Alvarado, quien ahora elabora muñecas contorsionistas en Bs. 3.000, es muy importante que el Gobierno valore el esfuerzo de los artesanos.
Organizadores
Se conoció que los artesanos cancelan una colaboración de Bs. 8.000 por el stand. Eso incluye hospedaje y traslado. Se hospedan en la Villa Bolivariana.
Odalis Sarmiento, coordinadora de logística de los artesanos, mencionó que Expo Arte agrupa a seis consejos comunales que se organizaron desde el mes de febrero.
“Continuamos con la tradición pese a la crisis porque no podemos perder la feria. Tuvimos el apoyo de la almiranta Carmen Meléndez. De allí que los artesanos se motivaron a participar.
Buena parte de los artesanos han sido exonerados. Otros pagan la mitad. Comenzamos desde cero con este nuevo comité. Otros creadores reciben el stand a cambio de una pieza o en contraprestación”.