Similar dimensión de la preocupación que tiene el ciudadano común ante una posible alza de los productos y servicios, la sufren los empresarios porque desde su figura como patronos deberán subir una colina empinada para poder mantener sus negocios operativos. Pocos, por el ennegrecido panorama, podrán sostenerse.
El pronóstico viene dado por el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) Lara, Alberto Gámez. “Esto conlleva a que muchas empresas pequeñas y medianas van a bajar las santamarías porque no van a poder absorber esto y cuando estamos hablando de muchas es casi un 60 por ciento de empresas que posiblemente lo hagan”, proyectó el ejecutivo.
Actualmente, calculó Gámez, en el país se produce el 32 por ciento de los productos y al 20 por ciento de la capacidad instalada por falta de materia prima, una fórmula letal para los gerentes.
“Las empresas no van a aguantar esto. Los pasivos laborales se disparan. Viene diciembre, hay que pagar utilidades, la mayoría de las empresarios nos hemos visto obligados a dar vacaciones colectivas por no tener materia prima”, contextualizó.
Un nivel de importación situado en 92 por ciento, una casi nula generación de divisas y la apertura de la frontera con Colombia que tampoco ayuda a nutrir la producción local son, en la observación de Gámez, desventajas que encrudecen todavía más la situación.
“Si no hay un cambio económico en el país vamos a seguir con las mismas”, sentenció el vocero. Por lo tanto, dijo, el ajuste de la tabla salarial no es más que una medida ‘populista’ del Ejecutivo para congraciarse con la población.
Pero Gámez está convencido de que ‘los empleados’ no están contentos con este aumento porque ellos saben que se les va a volver sal y agua”.