Nació en Caracas en 1908. Formado en Francia, Suiza e Inglaterra. A los doce años con una cámara Kodak, regalo de un tío, comienza a tomar fotografías. Regresa al país en 1928 y se vincula con la vanguardia literaria y artística que bulle en ese momento, y que habría de construir el pensamiento, la creación y el ideario fundamental del siglo XX venezolano: Arturo Uslar Pietri, Julián Padrón, Guillermo Meneses, Vicente Gerbasi, Rómulo Gallegos y Armando Reverón, entre otros. Aún cuando su obra fotográfica inicial se vincule con el surrealismo, en armonía con las corrientes fotográficas parisinas, representadas por Man Ray, Paul Strand, Brassai y Stieglitz, es considerado como uno de los pioneros de la fotografía de tendencia modernista en América Latina.
Entre 1928 y 1950 desarrolla su obra fotográfica que atiende múltiples temas: retratos de intelectuales y artistas caraqueños; paisaje y flora andina; desnudos; pescadores y faenas de pesca; fotografía aérea; comunidades indígenas; alfarería y pintura prehispánica; obras de arte en espacios públicos de la capital y la arquitectura pétrea edificada por incas, mayas y romanos.
Inventor de “lo nuestro”: geografía, historiografía política, social y artística, generaría un modo de ver que influyó con determinación en la creación plástica del país. “Pictografías nacionales” las definió en vida
En 1938 realizó su primera exposición individual en el Ateneo de Caracas: “35 fotografías”. Luego expondría en el MBA; en el MACC; en el Museo de Ciencias, en Nueva York y París. Póstumo se realizarían dos muestras en la Sala Mendoza y la GAN. A partir de 1940 edita libros de tiraje limitado, en los cuales alía la fotografía con la escritura, el diseño gráfico y la impresión. Más de diez libros publicó en vida, impresos por los más importantes editores de la época. Sus fotografías ilustraron textos fundamentales; “Imágenes del occidente venezolano” (Nueva York: Tribune Printing Co., 1940; con textos de Arturo Uslar Pietri); “Los llanos de Páez” (París: Draeger Frères, 1950); “La Margarita” (Barcelona: Seix Barral, 1952; reeditado en 1981) e “Imágenes” (Milán, Italia, 1982). Por otra parte, sus fotos han acompañado libros excepcionales: “La niña de la calavera” de Carlos Augusto León (Caracas: Litografía del Comercio, 1948); “La mano junto al muro” de Guillermo Meneses (París, 1952); “Tierra venezolana” de Arturo Uslar Pietri (Madrid: Edime, 1953); “Viaje al frailejón” de Antonia Palacios (París: Imprimerie des Poètes, 1955) y “Tirano de sombra y fuego” de Vicente Gerbasi.
En 1956 publica el primer ensayo iconográfico sobre el rostro de Simón Bolívar, cuya investigación se extendería por más de una década. En 1989 publicó “La cromoestructura radial Homenaje al Sol” (Impreso en Milán, Italia. Ediciones Macanao, 1989), un tributo a la obra que el maestro Carlos Cruz-Diez regaló a Barquisimeto. Su labor como crítico, mecenas y difusor del arte es excepcional.
Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia desde 1959. En 1962 creó la Fundación Boulton. En 1971 fue distinguido con el Premio Nacional de Literatura mención ensayo y 20 años después recibió el Premio Nacional de Fotografía. Durante sus años finales retrataba El Ávila desde el balcón de su casa. Una cámara 6 x 6 sería la extensión de su mano, el émbolo de su ojo. Murió en Caracas en 1995.