Me voy a referir a una de las muchas variantes en la salud que pueden convertirse en un problema de estudio con características tanto cualitativas como cuantitativas, desde el punto de vista científico en Venezuela y que en esta situación de escasez de medicamentos, problemas de atención médica hospitalaria, sin equipos completos de diagnóstico y tratamiento en los centros hospitalarios, son y serán las consecuencias en un aumento de la morbi-mortalidad de una determinada enfermedad a escoger en cualquiera de las áreas de la medicina, sobre todo de enfermedades comunes, crónicas y cotidianas.
Tomo solo un solo ejemplo de la cardiopatía hipertensiva, que es una de las enfermedades del área de la cardiología y guardando la distancia con los especialistas de la misma a los cuales respeto totalmente en sus criterios de tratamiento y seguimiento.
Hace pocas semanas oí unas declaraciones del director de salud del estado Lara y ex jefe de emergencia del Hospital Central de Barquisimeto comunicando sobre un aumento de las hemorragias intracerebrales en la emergencia del hospital central y luego esa afirmación la ratifiqué al hablar con la jefe de emergencia de dicho hospital.
No he tenido la oportunidad para tener claramente si el diagnóstico de la hemorragia fue hecho por clínica (que es bastante difícil) o por tomografía y si se le sumaron a ese aumento de las cifras los problemas cerebrales por accidentes cerebrales por isquemia. Ambos se engloban en los ACV (Accidentes Cerebro Vasculares) y que tienen además muchas otras causas.
Sin entrar en detalles de metodología científica para pensar en una hipótesis de las causas que pueden aumentar las hemorragias intracerebrales en la crisis de salud que está pasando Venezuela, puedo presumir, como lo dijo el director de salud, que los pacientes que tienen el diagnóstico de hipertensos no están tomando como debe ser los antihipertensivos recomendados pos sus médicos, es decir, o no los consiguen por la escasez, las dosis son inadecuadas, están muy caros, están aumentando los hipertensos, entre otros motivos. Otras causas de hemorragias son los problemas de coagulación, malformaciones arteriovenosas, tratamiento antitrombóticos, antiplaquetarios, traumas, entre otras.
En la literatura médica y en la medicina basada en evidencia (MBE) una de las recomendaciones tipo A, es decir, que es básica para prevenir hemorragias intracerebrales de origen hipertensivo es el buen control de la hipertensión y cumplir adecuadamente el tratamiento medicamentoso, porque si no, una de las consecuencias de dejar el tratamiento son las hemorragias intracerebrales con una gran morbi-mortalidad, así como otras complicaciones. Si le agregamos que muchos de estos pacientes tienen además diabetes, sobrepeso, hiperlipidemias o circunferencia abdominal por arriba de lo normal, no quiero imaginarme las consecuencias de una descompensación por la falta de los medicamentos para la diabetes en este tipo de pacientes, los que además son fumadores o que tomen con frecuencia bebidas alcohólicas, porque aumentarían las cifras de complicaciones.
Esto ha sido solo un ejemplo en la evolución de una enfermedad en la revolución, del caos, la crisis y la calamidad de la salud de Venezuela. Esperemos que esta situación mejore, cambie y que muchos pacientes no sigan sufriendo las consecuencias de las malas políticas de salud de este sistema socialista, no de la “guerra económica farmacéutica”.
Tal vez algunas áreas primarias de promoción de la salud en Venezuela no estén tan malas, pero en forma general hay un futuro muy oscuro y un posible recrudecimiento en muchas enfermedades por la gran variedad de problemas que tiene la sociedad y el sistema de salud actual, que van desde la falta de calidad y equipamiento en las estructuras sanitarias, sistemas de salud y académicos paralelos, presupuesto insuficiente y falta de divisas, hasta malos salarios a sus empleados y obreros; sin agregar las fallas de abastecimiento de medicamentos y material médico quirúrgico, instituciones científicas con deficientes presupuestos, el mercantilismo en la atención privada y de seguros privados, la falta de coherencia, coordinación y entendimiento entre el gobierno y los diferentes sectores de la sociedad.
Rubén Lopera