Pokémon Go está causando disgusto en Camboya, donde algunos jugadores con dispositivos inteligentes han perseguido a sus personajes virtuales en un museo de genocidio que fue centro de tortura en la década de 1970.
El director del Museo del Genocidio Tuol Sleng, Chhay Visoth, dijo el miércoles que colocó señales en la entrada y adentro del sitio prohibiendo el popular juego, que hizo su debut camboyano el pasado fin de semana, y que instruyó a sus empleados a que estén atentos.
Describió el museo como un monumento al sufrimiento de Camboya. Desde que se colocaron las advertencias, no ha habido reportes de turistas jugando Pokémon Go ahí, indicó.
Durante el régimen de los Jemeres Rojos entre 1975-79 unos 17.000 camboyanos fueron torturados en el centro, conocido como la prisión S-21, y luego asesinados. Se estima que 1,7 millones de camboyanos murieron ejecutados, de hambre o falta de atención médica bajo el gobierno del grupo ultracomunista.
Pokémon Go muestra personajes virtuales sobre mapas de lugares reales en dispositivos móviles. Dado que el objetivo del juego es capturar las criaturas en entornos de la vida real, multitudes convergen en los puntos de referencia donde se encuentran para avanzar en el juego.
La situación ha causado molestias alrededor del mundo y ha afectado actividades en lugares como hospitales y bases militares.
La aparición de entusiastas del juego en sitios que incluyen el antiguo campo de concentración de Auschwitz en Polonia, el Cementerio Nacional de Arlington y el Museo Memorial del Holocausto en Estados Unidos o el Parque Memorial de Paz de Hiroshima en Japón ha herido susceptibilidades.