Un pequeño de 11 años salió de su casa ubicada en la calle 4 con carrera 10 del barrio La Paz, en la parroquia Juan de Villegas, y se fue a la panadería la cual está a una cuadra de su vivienda.
Su madre le había encomendado comprar los panes para el almuerzo. Una vez que el niño estaba en la panadería vio pasar una camioneta a toda marcha y seguido de ello se escucharon múltiples detonaciones que pusieron su mente en blanco. Cuenta el pequeño que, asustado, corrió hacia su casa, pero en el camino se topó con un funcionario quien, con pistola en mano, lo frenó y lo resguardó en otra vivienda.
Paralelamente la madre del pequeño al escuchar la primera detonación, la cual sonó justo en la parte de afuera de su residencia, pensó en su muchacho y en medio de la balacera salió desesperada, sin pensar en nada.
La madre, angustiada, indicó que solo escuchaba que le gritaban “cuidado” y veía cómo unas personas le disparaban a otras, pero ella solo pensaba en su hijo.
Por fortuna ninguna de los dos resultó lesionado.
Al comprobar que su muchacho estaba sano y salvo, observó que eran funcionarios del Cicpc quienes estaban en pleno procedimiento y que presuntamente se habían enfrentado a unos delincuentes a quienes observó también con armas en las manos.
Traían un carro robado
A las 11:50 de la mañana de ayer, la empresa Tracker seguridad reportó directamente a funcionarios del Cicpc, Subdelegación San Juan, que en la Zona Industrial III se habían robado un camión, un Chevrolet 350 blanco signado con las placas 33N ABF.
Las coordenadas de donde se desplazaba el camión inmediatamente fueron enviadas a los sabuesos, quienes comenzaron a ubicar el vehículo y se percataron de que estaba siendo introducido al barrio La Paz, al oeste de la ciudad.
Varias comisiones del cuerpo detectivesco acudieron a la zona y ubicaron el camión, comenzando una persecución. El vehículo en el cual iban dos hombres tomó hacia la calle 4. Delante de ellos, y escoltándolos, se trasladaba otro carro, un Mitsubishi Lancer rojo signado con las placas TAH 24C. En el mismo iban tres hombres.
Esa calle es usada como escape por muchos delincuentes, comentaron los residentes de la zona. Pero lo que no contaron estas personas es que al final ya estaba una camioneta del Cicpc que los bloqueaba. De inmediato descendieron los hombres del carro rojo y supuestamente comenzaron a disparar contra la comisión y posteriormente se bajaron los del camión, e hicieron lo mismo.
Los funcionarios respondieron y en medio de la balacera dos delincuentes lograron escapar, indicaron los testigos del hecho. Otros tres cayeron heridos. Sabuesos trasladaron a los hombres hasta el Hospital Pastor Oropeza del Seguro Social, en donde fallecieron.
En el lugar fueron incautadas tres armas de fuego tipo pistola, todas calibre 9 milímetros. Una de ellas quedó del lado de la puerta del chofer del vehículo rojo. La otra, detrás. Una tercera hacia el lado izquierdo del camión. Las mismas habrían sido usadas por los presuntos hampones para hacer frente a los uniformados.
Dos identificados
Los funcionarios del cuerpo detectivesco en el momento del hecho identificaron a dos de los tres abatidos.
Se trata de Kleiber Soto Colmenárez, de 26 años de edad; y Yoel Alexander Álvarez, de 33 años. El tercero no portaba documentación alguna.
Según fue reseñado por EL IMPULSO, Colmenárez es conocido como “El Duende” y fue detenido a principios de junio por funcionarios de la GNB, junto a seis personas más en el barrio Las Tinajitas. A los mismos se les incautó en esa oportunidad tres computadoras canaimas que habían sustraído de una vivienda, además de un revólver calibre 38, una escopeta calibre 12 y nueve cartuchos de pistola 9 milímetro.
Colmenárez habría salido en libertad con una medida cautelar de presentación.
Este joven, según indicó su familia, era mototaxista y residía en el barrio El Caribe.
Comentaron que los otros dos hombres que fueron abatidos por el Cicpc resultaron ser “malas juntas”, a pesar de que ya se lo habían advertido.
Sobre Álvarez, según el CNE aparece como votante en el estado Carabobo. Hasta la tarde de ayer no habían aparecido familiares de los otros dos abatidos.