La situación de los pueblos indígenas venezolanos, no se escapa de la triste realidad que vive el país en materia de derechos humanos. Estas comunidades abandonan su hábitat natural para deambular y mendigar, es decir, para subsistir en las principales ciudades del territorio nacional, aun cuando existe un Ministerio del Poder Popular, que funciona como un órgano rector de políticas gubernamentales en el ámbito indígena, para darle respuesta a sus necesidades.
Durante los últimos meses, la presencia de los aborígenes en el estado Lara, se ha incrementado notablemente. El semáforo del distribuidor Jirahara, es una de las tantas inmediaciones, que han sido escenario, de la presencia de niños y adultos en condiciones deplorables, quienes intentan adoptar un estilo de vida diferente, instalándose en las calles de la ciudad para pedir dinero sin explicación alguna.
Dentro de este contexto, ELIMPULSO.COM acudió al sitio, y realizó conversó con este grupo de personas que diariamente se concentra en el semáforo del Jirahara.
Estas personas provienen de la Sierra de Perijá, en el estado Zulia, un lugar con gran cantidad de población indígena. En su rutina, acuden al Jirahara, todos los días desde tempranas horas de la mañana y se ubican en diferentes puntos del semáforo. Lamentablemente, son los más pequeños quienes cruzan las calles, con el propósito de acercarse a los conductores y pedir limosnas para comprar alimentos.
Desde hace aproximadamente dos meses llegaron a Barquisimeto, y aseguran que prefieren instalarse en la capital larense, porque los productos son más económicos y se consiguen con mayor facilidad.
El Día de los Pueblos Indígenas
Cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha prevista el 9 de Agosto de 1994 por la Organización de Naciones Unidas (ONU), para la promoción de la defensa de los derechos de estas comunidades, y destacar la importancia que tiene la cooperación internacional, para velar por sus necesidades.
Es de recordar, que en Venezuela, en el año 1999 se reconocieron por primera vez los derechos de más de 40 grupos indígenas que habitan en el país, con el objetivo de dignificarlos, y fomentar el respeto hacia la diversidad cultural.