La formación académica de los médicos residentes no está lejos de la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela. La situación en el ámbito de salud, golpeada por la acentuada escasez de insumos médicos básicos y no tan básicos, condiciones de infraestructuras, los altos índices de inseguridad, y la baja remuneración, son algunos de los aspectos que dificultan que los profesionales de la Medicina continúen entrenándose en alguna especialidad en particular.
Reflejo de autoaprendizaje
Realizar las prácticas se ha convertido en un reto para los residentes, quienes diariamente tienen que ingeniárselas para cumplir con una labor de alto riesgo y extrema responsabilidad social.
Más allá del aprendizaje adquirido, la supervisión, y aprobación de un médico para llevar a cabo sus funciones y ejercitar sus conocimientos dentro de los hospitales, deben atender a los pacientes, canalizarlos, y resolver cualquier irregularidad de forma inmediata, a partir de los pocos medios disponibles.
La Cirugía General, es una de las muchas especialidades que abarca la medicina, y estudia enfermedades en donde el diagnóstico amerite alguna intervención quirúrgica.
En el territorio nacional, son muchos los médicos que deciden optar por este postgrado, de acuerdo a la Sociedad Venezolana de Cirugía, la residencia hospitalaria, tiene una duración mínima de cuatro años. Sin embargo, el déficit del cumplimiento de los programas académicos, servicios de apoyo, e insumos para cumplir con el plan correspondiente, han convertido al sistema para formar a médicos de esta índole en un desafío personal.
Formación académica en riesgo
Marcos Tancredi, es un médico egresado de la Universidad de los Andes (ULA), y R2, de Cirugía General, en el Hospital Dr. Luis Gómez López, del estado Lara. Relata que este año está más difícil, ya que los precios de los medicamentos aumentaron y algunos no se consiguen, explicó que innovar es uno de sus principales intereses, y que a través de la adquisición de equipos médicos con mayor avance tecnológico las cirugías son más rápidas y sencillas, sin embargo, la situación del país, no permite incluirlos en los centros.
El R2, comentó que tienen que sacrificar implementos de trabajo que ellos mismos han comprado y que mantienen guardados desde hace tiempo, como es el caso de suturas, para que el paciente pueda someterse a una operación, y también por ser la única manera de aprender, ayudándose mutuamente.
Sostiene que el que desea abandonar un postgrado tiene razones para hacerlo, porque no hay como aprender, pero aclaró que el médico venezolano es muy proactivo y es reconocido internacionalmente por sus ganas de trabajar y resolver situaciones con lo que sea.