La información que circula por la red de internet no deja de ser impresionante, tanto por su caudal, su diversidad y su transmisión, “al instante de producirse”, como lo anunciaban los noticieros de antes, presagios del tiempo real que hoy vivimos. “El medio es el mensaje”, vaticinó, cinco décadas atrás Mc Luhan; por su parte, Manuel Castells, en el umbral del siglo XXI, ya postulaba sus tesis acerca de la “sociedad-red”, para permitir adentrarnos en el conocimiento del grado de interrelación, interdependencia, conectividad, o de complejidad, que surge con la nueva morfología societal, en curso.
El ambiente, el clima, el entorno, o ese lugar hacia donde usted prefiera ubicar el foco de análisis para generar su propia perspectiva, en intercambio con otros, adquieren una singularidad a escala planetaria que sirve de soporte al pensamiento global que, a su vez, se nutre de la concurrencia de eventos o hechos registrados como noticias, en la “gran aldea”. El impacto siempre será, visualizado ahora, concurrente, recurrente y expectante, según el alcance de la flecha del tiempo, objeto de elogios por arqueros de diferentes géneros y disciplinas.
A horas de inaugurarse los Juegos Olímpicos de Río (escribo estos planteamientos tres días antes), la efervescencia política en Brasil es de tal magnitud, que hay presagios oscuros con respecto a su desenvolvimiento. Cómo cambió el panorama, desde que se asumió el compromiso por su realización, bajo el gobierno de Lula Da Silva. Dilma Rouseff, la presidenta electa que le sucediera en el poder, está sometida a juicio, bajo la figura denominada impeachment. Al parecer, ambos no asistirán a la ceremonia inaugural, algo que ha resultado un verdadero dilema para el Comité Organizador. Las amenazas terroristas a las delegaciones internacionales también cuentan.
Se agrega a lo anterior, sin que sea una nota para soslayarla, los problemas derivados del grado de contaminación ambiental en Río de Janeiro, según estudios e informes técnicos reveladores de la amenaza tóxica que representa para algunos deportistas, que ya han anunciado su decisión de no asistir a la cita olímpica. Externalidades, cuyo costo político y social, al momento de considerar el impacto económico del proyecto como tal, tuvieron la relevancia y cuantía que se evidencia, según pudiese apreciarcualquier evaluador, en el marco de la economía ambiental y del desarrollo sustentable.
Postales del Mundo, según reseña de Bryant Rousseau (New York Time), informa de los avances legislativos por otorgarle personalidad jurídica al ambiente. Un acuerdo que la comunidad indígena maorí logró con las autoridades neozelandesas para otorgarle personalidad jurídica a Te Urewera, un parque nacional de 1.321 kilómetros cuadrados al norte de la isla, por ley. Ello significa que pasa a ser una entidad legal con “todos los derechos, facultades, deberes y responsabilidades de una persona jurídica”. En la lista sigue el río Whangannui. Un verdadero hito en la historia de la preservación del ambiente.
Mientras tanto, en el plano local, a diferencia del reconocimiento anterior, la polémica decisión en cuanto a la política económica orientada a la explotación del Arco Minero del Orinoco, ya definida y puesta en marcha por el gobierno, cobró víctimas, desde el punto de vista académico: el profesor Esteban Emilio Mosonyi, rector de la Universidad Experimenta Indígena del Tauca, asentada en dicha zona, junto con Edgardo Lander y Santiago Arconada, fueron destituidos, por pronunciarse en contra de la manera como se diseñó e instrumenta dicha medida, de espaldas a las comunidades indígenas; y en favor del revocatorio.
