El estadio Maracaná se llenó de alegría, música, color, e iluminación para recibir a las más de 200 delegaciones que participan en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, durante la ceremonia de inauguración.
Tal y como estaba previsto a las 07:00 pm comenzó la ceremonia con un trabajo audiovisual en el que desde un drone se podía observar todas y cada una de las disciplinas que forman parte de estos juegos, los primeros que se celebran en suramérica.
Sin excentricidades ni lujos, los fuegos artificiales y la tecnología dieron paso a la imaginación, la música y la vasta cultura popular brasileña, cuando el gigante sudamericano vive una crisis económica y política sin precedentes.
La fiesta inició con la presentación del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y luego el cantante popular Gilberto Gil y Paulinho Da Viola entonaron el himno brasileño.
La ceremonia tiñó rápidamente el histórico Maracaná de verde, con continuos mensajes ecologistas y de protección del medioambiente. «¡Terrícolas, reforestemos, salvemos el planeta!», rezaban los creadores en su mensaje olímpico.
Se apagaron las luces y «Aquele Abraço», del inigualable Gilberto Gil, interpretada por el compositor Luiz Melodia, estrujó las almas de los espectadores en un escenario histórico. Si la Amazonia es el pulmón de Brasil, el Maracaná es el latido de sus corazones.
La ceremonia, de cuatro horas de duración, conró con la presencia de la supermodelo Gisele Bündchen y la ícono transgénero Lea T antes del desfile de las 207 delegaciones.
Cerca de las 08:00 pm comenzaron a desfilar las delegaciones y como es tradicional, Grecia encabezó el paseo de los atletas.
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