Saúl Casique Rojas (83), fue localizado sin vida la mañana de ayer en el patio de su casa, ubicada en la segunda etapa de la urbanización Villas Lomas de El Cercado, al este de la ciudad.
Funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cicpc sospechan y buscan al hijastro por este crimen, porque tiene un gran prontuario policial. No obstante, la familia del octogenario duda que este joven esté involucrado.
Su hija lo encontró
Los últimos 20 años, Casique Rojas vivió con su pareja. Hace tres años residen en una nueva urbanización que tiene al menos cinco casas habitadas. La pareja del octogenario esta semana se fue de viaje a Caracas y el hombre quedó en compañía de su hijastro, Michael Adelis Fernández Díaz, de 23 años de edad, a quien crió desde los tres años.
El señor era contador, padre de cinco hijos todos profesionales, entre ellos cuatro mujeres y un hombre, dos de ellos con el rango de teniente coronel de la Aviación, en calidad de retiro. A diario los hijos se turnaban para buscar a su padre en la mañana y llevarlo a hacer sus diligencias.
A las 8:30 de la mañana de ayer Belkys Casique, una de sus hijas, llegó a la casa pero encontró todo cerrado. Nadie abría y su padre no contestaba el teléfono. Al dar la vuelta a la residencia, en el patio se encontró el cuerpo sin vida de su padre, relataron Zulaiva y Blanca Casique, hijas de la víctima.
De forma inmediata Belkys avisó a sus familiares y a las autoridades, que llegaron al lugar de los hechos. Las puertas estaban totalmente cerradas. Por un momento todos pensaron que el criminal aún pudieran estar escondido en la casa, pero al forzar la puerta y abrir se dieron cuenta de que no había nadie.
La casa estaba desordenada. La persona que cometió el crimen se apoderó de un equipo de sonido, un televisor y una computadora. Uno de los nietos detalla que el cuerpo de Casique Rojas fue arrastrado desde la puerta de una habitación donde encontraron sus chancletas, hasta el patio. Además, en uno de los cuartos fue localizada una Biblia rota.
Describió el joven que el octogenario presentó fuertes golpes en la cabeza, al punto de que sangraba por los oídos. Sus rodillas presentaban hematomas, su brazo derecho tenía fuertes golpes y en el brazo se le observó una lesión.
Presumen que lo asesinaron a golpes.
Las hijas de la víctima manifiestan que el criminal tuvo que haber entrado por la puerta lateral de la cocina, y estiman que para escapar saltó por la pared, porque dejaron huellas de pisadas. Así mismo aseguran que tienen que haber sido más de dos personas para poder llevarse todos los objetos que fueron robados.
Las mujeres relatan que la última vez que hablaron con su padre fue a las 6:00 de la tarde del martes cuando le llevaron su comida. Su esposa manifestó que a las 10:00 de la noche de ese mismo día habló con él. Zulaiva asegura que tenía una llamada perdida del celular de su padre, a las 11:56 de la noche del martes, pero en ese momento ella estaba dormida.
Hijastro sospechoso
Según la página del Tribunal Supremo de Justicia el 26 de noviembre del 2011, Michael Adelis Fernández Díaz fue detenido por robo genérico. Se había apoderado de un teléfono celular. En ese momento le otorgaron una medida cautelar sustitutiva de presentación cada 15 días. En audiencia su defensa solicitó que le hicieran exámenes psicológicos y psiquiátricos, porque el detenido expresó ser consumidor.
El 11 de marzo de 2014 el joven regresó a tribunales. La propia madre lo denunció porque tenía seis días amenazándola de muerte. En ese momento la señora dijo que Fernández Díaz sufría de un desorden de personalidad y en ocasiones demostraba ser bastante agresivo. Nuevamente fue detenido por amenaza, violencia psicológica y acoso u hostigamiento, pero le dieron una caución personal.
El 12 de enero del 2015 una vez más cayó en manos de las autoridades, por robar a una persona en un buseta, siendo imputado por asalto a unidad de transporte público y uso de arma blanca prohibida. Por este acto delictivo fue enviado a Uribana durante unos meses y por comprobarse que tenía problemas mentales le fue otorgada una medida cautelar de arresto domiciliario, la cual debía cumplir en la residencia de su madre en El Cercado.
Por todos estos antecedentes y porque en la vivienda donde se cometió el crimen no había signos de violencia para ingresar, los funcionarios del Eje Contra Homicidios del Cicpc ficharon como principal sospechoso al hijastro.
Cabe destacar que Fernández Díaz no ha sido localizado. Todos desconocen de su paradero. Lo que sí indican los parientes del occiso es que a pesar de que el joven tenía casa por cárcel nunca se la pasaba allí; siempre salía y regresaba.
Las hijas del octogenario confesaron que el joven era agresivo, pero no creen que sea él quien acabó con la vida de su padre. “Cuando no tomaba sus medicamentos se ponía agresivo y no quería hacerlo porque tenía el pensamiento de que su mamá lo estaba matando con los remedios. Hace días se puso a pelear con ella, le dije que se tranquilizara y le pedí que oráramos.
Me dijo que no le haría nada a mi padre y ese día lo vi a los ojos y le creo”, comentó Zulaiva Casique.
En lo que coinciden familiares y vecinos es que la víctima fatal era un buen padre, una persona colaboradora. Dejan todo en manos de Dios.