La palabra cacao procede de la azteca «cacahuatl». Según la leyenda, el cacao era el árbol más bello del paraíso de los aztecas, que le atribuían múltiples virtudes, calmar el hambre y la sed, proporcionar la sabiduría universal y curar las enfermedades.
Se sabe que los primeros árboles del cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace ya unos 4000 años. Los mayas empezaron a cultivarlo hace más de 2500 años.
El cacao simbolizaba para los mayas vigor físico y longevidad, lo usaban como medicina siendo recetado por sus médicos como relajante, como estimulante y como reconstituyente. La manteca del cacao se usaba como pomada para curar heridas.
Fueron los mayas los que crearon un brebaje amargo llamado «chocolha» hecho de semillas de cacao, que solo podían consumir nobles y reyes. Se describía diversas formas de elaborarlo y perfumarlo, más líquido o espeso, con más o menos espuma, con miel, maíz o chile picante.
En 1502 Cristóbal Colón recibió, como ofrenda de bienvenida, armas, telas y sacos de unas habas oscuras que, en la sociedad azteca, servían a la vez de moneda y de producto de consumo. Aunque fue Hernán Cortés quien envió el primer cargamento de cacao a España en 1524.
Ya en España los monjes adaptaron el «chocolha» al paladar Europeo, sustituyendo las especias utilizadas en América por miel, azúcar y leche.
La corte española mantuvo como secreto de estado, durante un siglo, la preparación de esta bebida y, sólo los monjes conocían el procedimiento para convertir el fruto del cacao en chocolate y, la utilizaban sobre todo en cuaresma ya que la iglesia consideraba que no rompía el ayuno.
De Europa a Lara
Varios países europeos como Francia y Suiza, se especializaron en el procesamiento del cacao que se convirtió en un chocolate codiciado, pero América seguía siendo la zona que proporcionaba la materia prima: el cacao.
Con el transcurrir del tiempo, el chocolate llegó a tal punto de sofisticación que se transformó en un capítulo dentro de la gastronomía internacional. Todo chef que se aprecie como tal, tiene que aportar una receta original, novedosa, con el chocolate como ingrediante básico.
Lara, por ejemplo, a pesar de no ser una tierra productora de cacao en potencia, jóvenes emprendedores, están utilizando el chocolate en la innovación de ofertas gastronómicas, a la par de una carta internacional.
En Barquisimeto, El Manzano emana aroma a chocolate. María Pía Niño, en forma casual, sin planificación previa, abordó el cacao como proyecto de estudio para una tesis, y el “enamoramiento” fue tal que no lo abandó más nunca, todo lo contrario, empezó a experimentar con el chocolate.
Niño, en su taller Capicanto, ubicado en El Manzano, utiliza el chocolate blanco, oscuro y con leche, para una gran variedad de innovaciones que incluyen barras energéticas, frutas deshidratadas, miel, mermeladas naturales, sabores exóticos caribeños, especies, varios tipos de licores a su vez combinados con otros, coco con curry, ganache de cocuy, barbacoa de tamarindo, y pare de contar.
El taller Capicanto puede ser contactado a través del 04145694214, donde puede corpartir experiencias y pedidos.
Frases y dichos
El chocolate excelente, para que cause placer, cuatro cosas debe ser: espeso, dulce y caliente y de manos de mujer». (Copla popular)
Ni amigo reconciliado, ni chocolate recalentado». (Refrán)
Las cuentas claras y el chocolate, espeso. (Refrán)