“Cuando el pueblo está siendo golpeado con un palo, el pueblo no es más feliz si el palo se llama… el palo del pueblo”. Mikhail Bakunin
Abogados constitucionalistas han expresado que ya estamos enfrentando un caos más allá de la anarquía, y comparto el criterio de que todo tiene su origen en la ausencia de la seguridad jurídica y personal que garantice una verdadera protección ante los desmanes descontrolados del hampa común, organizada o no; amparada en demostradas formas de corrupción que ya no son aceptadas, ni siquiera, por algunos personajes que nos han gobernado durante la llamada revolución, que ha traído involución al país, en todos sus órdenes.
Mínimos logros obtenidos por los líderes del Socialismo del Siglo XXI, no justifican la inmensa erogación que ha sufrido el erario público y sus resultados, entonces, pueden ser calificados como negativos.
La nación atraviesa por la peor crisis alimentaria conocida desde que se fundó la república; es innegable el grado de desnutrición que hace estragos, sobre todo entre la población de niños y ancianos. El desabastecimiento del sector medicinas es imposible de ocultar y viene acompañado del desastre que ocurre en el sector salud, en la falta de mantenimiento de los hospitales, casi todos construidos durante la era de la denominada IV República. No es cierto que se haya erradicado el analfabetismo, bastaría con realizar una muestra significativa en el universo constituido por la población rural y establecer porcentajes. A la educación media y universitaria que se imparte en algunas casas de estudios, maestros, profesores y, hasta los mismos alumnos, la han calificado como deplorable. Se vilipendia a los gobiernos de la IV República cuando se miente descaradamente sobre la construcción de viviendas en ese lapso pero, pruebas como la que existen en Cabudare (casi todo construido por la vivienda rural) o, en urbanizaciones de Barquisimeto como son: Patarata, El Obelisco, La Estación, Rafael Caldera, Carucieña, Fundalara, Los Libertadores es tan sólo un ejemplo de las construidas por el sector público; sin olvidar a la Fundación Mendoza, construida por el sector privado y, a todas esas viviendas se otorgó el título de propiedad, pura y simple, perfecta e irrevocable.
La infraestructura del país, supuestamente, está deteriorada en un 70%, por falta de mantenimiento y las mayoría de las pocas obras comenzadas durante la revolución están en estado de abandono y tratan de hacer olvidar que los gobiernos anteriores, construyeron hospitales, universidades, inmensos puentes, grandes aeropuertos, carreteras, autopistas, represas y, hasta calles y avenidas, utilizando tecnologías de primer orden que son ejemplos y motivo de estudios a nivel internacional.
Se dotó a caseríos, pueblos y ciudades de servicios básicos como: electricidad (Se electrificó al país, especialmente, al medio rural en casi su totalidad), agua potable y aguas servidas (acueductos y cloacas) que nunca fallaron de manera significativa.
La justicia no era perfecta pero… existía.
Se destituyó a un presidente, sin disparar un tiro, utilizando, solamente, a la Constitución Nacional, las leyes y reglamentos de la república, y ese presidente, democráticamente, acató la orden. El sistema de gobierno no ha aceptado las propuestas de ciudadanos con reconocida trayectoria en los ámbitos políticos, económicos y sociales, ¿por qué?
El cumplimiento de la ley es el camino de la paz…
