Más de 400 familias de distintas comunidades se están viendo afectadas por el desbordamiento de la quebrada San Antonio a la altura de la avenida Hermano Nectario María con calle 28.
El hedor y la plaga de mosquitos son problemas que tienen a los adultos, jóvenes y niños que habitan en las adyacencias, contrayendo enfermedades y pasando penurias.
La falta de respuesta gubernamental llevó a residentes de La Milagrosa, San Martín de Porras, La Piedrera y Cuesta Lima, a postrarse en La Ribereña la mañana de ayer y obstaculizar el paso en ambos sentidos con ramas y troncos de árboles.
Allí, las personas molestas aguardaban por la presencia de algún representante de la municipalidad para aperturar el paso.
“Por más que la comunidad colabore no le hacen la limpieza que requiere. Además ahí desaguan cloacas, tenemos tres meses que cae una llovizna y se desborda”, denunció Carolina Hernández, vecina de la zona.
Al desagradable olor y al cultivo de enfermedades, se le suma el peligroso asfalto mojado que genera la crecida en sentido este-oeste. Producto de ello se han suscitado accidentes de tránsito en reiteradas oportunidades.
“Anoche hubo un choque y de broma matan a una pareja que iba pasando a pie. Eso está muy resbaloso. El sábado también se estrelló en uno de los postes de aquí una camioneta del CICPC (…) Uno no puede estar con niños en el parque porque los zancudos se los comen”, dijo.
Alcaldía y gobernación no dan respuesta
Los afectados aseguran haber acudido a la Gobernación del estado Lara y a la Alcaldía del municipio Iribarren en diversas ocasiones pero no han tenido respuesta alguna.
“En la gobernación nos dijeron que no les competía y como en la alcaldía no nos atendieron decidimos trancar”.
Se conoció que el ejecutivo regional habría destinado trabajos superficiales a la quebrada días antes, sin embargo, la problemática continúa presentándose.