Cuando el filósofo comunista Karl Marx dijo «El propósito de la filosofía es interpretar el mundo. Pero el propósito del comunismo es cambiar al mundo», estaba presentando una realidad que, a pesar va en paralelo con el propósito de la Iglesia verdadera de Dios en esta tierra, los hechos demuestran vívidamente todo lo contrario. Por cuanto sus cambios, solo han rebajado a niveles lamentables la dignidad humana. Se centraron en un solo grupo social y es un total fracaso. Evidentemente Karl Marx no tuvo visión futurista. No contó con la voracidad de poder y riqueza que nace en el corazón de los hombres cuando alcanzan el poder, producto del pecado.
Pero Dios, si tenía todo muy claro. Por ello, toma a Israel como su pueblo, lo saca de la ignorancia histórica y lo hace depositario de su poder. Pero, este pueblo, como todos sabemos, solo hizo lo que le vino en gana y torció el propósito de Dios: cambiar la mentalidad del hombre y orientarla hacia la adoración verdadera del único digno de adoración y alabanza como es nuestro Dios. «Dios escogió a Israel como depositario de sus tesoros inapreciables de verdad para todas las naciones, y le dio su ley como norma del carácter que debía desarrollar ante el mundo, ante los ángeles y ante los mundos no caídos . . . Debido a la desobediencia y a la deslealtad, la nación elegida por Dios desarrolló un carácter exactamente opuesto al que el Señor quería que desarrollara al obedecer su ley. Pusieron su propio molde e inscripción sobre la verdad, retirando la inscripción de Dios . . . La ley de Dios quedó sepultada bajo las formalidades externas y minuciosas» Libro. MENSAJES SELECTOS. Pag.125. 1901. Elena de White.
Mas adelante, al surgir la iglesia cristiana, fundada por mismo Jesucristo, ese propósito se mantiene. Nació como sustituta de aquel pueblo, cuyo ideal divino para la humanidad era cambiar las prioridades del mundo. Un mundo sumergido en el pantano del pecado, trabajar para sacarlo de allí. Para cambiarlo. El propósito de la iglesia verdadera de Dios choca con el propósito del comunismo. No es unirse a las perversiones del mundo y complacer las desviaciones de la mente. Por ello, no compartimos el consumo de comidas, bebidas prácticas y costumbres que atentan contra la salud física, moral y espiritual del ser humano. La iglesia debe ser el ruedo de la gracia. Debe ser una fuerza viva en el mundo, no un circo de entretenimiento. Y el manual, la guía, el mapa, el GPS, está, en la única regla de fe para el cristiano: La Biblia.
Lamentablemente numerosas «iglesias» cristianas han desarrollado la misma tendencia equivocada heredada de aquellos. Los líderes cristianos siguen torciendo el propósito de Dios para su iglesia. Su único objetivo es entretenerlos en cada culto, hablándoles solamente de las promesas de Dios pero escondiéndoles que estas siempre son condicionales. Sus vidas, a la luz de sus hermanos, sus frutos, hablan por sí solo. Ignoran las directrices dejadas por Dios en su Palabra. Debemos demostrar que somos «Hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa». Fil.2:15 «Él hizo que la iglesia fuera la depositaria de la verdad sagrada. Dejó a su iglesia la administración de esta verdad y es tarea de la iglesia cumplir con su misión de salvar al mundo». Por supuesto, del pecado. LIBRO. Exaltad a Jesús. Elena de White.
